Durante la intimidad, todo tipo de juego es válido para garantizar la satisfacción de las parejas. Algunos prueban con juguetes, accesorios, posiciones, técnicas o roles con la finalidad de hacer cada encuentro un momento único. No siempre es fácil, porque al realizarlos constantemente se llega a caer en una rutina de la que difícilmente se puede salir, creando conflictos e incluso hasta desinterés por experimentar nuevas cosas. Afortunadamente, se ha hecho muy popular un ejercicio que ayuda a que la práctica sexual resulte interesante: El peaking.
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¿En qué consiste el Picking?
El Peaking es conocido como el Slow sex, y se define como una forma de tener relaciones sin prisas. Y es que para muchos lo importante es llegar al momento justo del orgasmo sin tomar en consideración el juego previo y la importancia que este tiene, por lo que el peaking se fija en cada uno de los detalles que harán volar la mente.
El cuerpo es perceptivo a las más simples sensaciones mediante los sentidos: lo que se ve, se toca, se escucha y se puede probar e incluso a un nivel mental. Por eso, este juego previo ayuda a que las parejas experimenten mediante besos, caricias y sonidos previos que preparan al cuerpo antes del clímax. Mediante este pequeño ejercicio de estimulación, se estima que entre el momento que se comienza el contacto físico y el orgasmo se tienen 15 minutos
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¿Cuáles son las ventajas del peaking?
Además de prolongar el periodo de tiempo durante el sexo, el peaking favorece a tener una mejor comunicación entre las parejas pues permite conocer bien las zonas del cuerpo en donde se produce más placer.
También es un buen método para combatir la eyaculación precoz y darle así más tiempo al cuerpo de prepararse física y mentalmente para la llegada del orgasmo, con el fin que la mente no sea engañosa, se contenga ante la emoción del momento y sea más extenso el encuentro.