Después de disfrutar de una deliciosa comida, el sofá o la cama pueden parecer un llamado irresistible. ¿Quién no ha experimentado esa sensación de somnolencia después de un buen festín? Sin embargo, dormir después de comer puede ser perjudicial para nuestra salud.
En este sentido, a continuación vamos a explorar las razones detrás de esta maldición que a menudo nos persigue después de una comida, conocida popularmente como “mal del puerco.”
¿Por qué es malo dormir después de comer?
Reflujo y acidez
Uno de los principales problemas de dormir después de comer es el reflujo ácido. Cuando nos acostamos inmediatamente después de ingerir alimentos, la gravedad hace que los ácidos estomacales fluyan hacia el esófago, lo que provoca ardor y acidez estomacal. Esto no solo es incómodo, sino que también puede dañar el revestimiento del esófago a largo plazo.
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Indigestión
Comer alimentos pesados puede dificultar la digestión. Esto puede resultar en una sensación general de malestar, hinchazón y dolor de estómago. La digestión óptima requiere tiempo y actividad física moderada, que se ven obstaculizadas cuando nos tumbamos para dormir.
Problemas de sueño
Así mismo, puede entorpecer la conciliación del sueño. Mientras el cuerpo trabaja arduamente para digerir los alimentos, el proceso de quedarse dormido se ve obstaculizado. La calidad del sueño se resiente y despertarse sintiéndose renovado puede ser un desafío.
Aumento de peso
Si eres propenso a dormir después de comer, presta atención: esta costumbre puede aumentar el riesgo de ganar unos kilos no deseados. Cuando te tumbas después de una comida, el cuerpo tiene poco tiempo para quemar las calorías consumidas. Estas calorías no quemadas se almacenan en forma de grasa, lo que puede contribuir al aumento de peso a largo plazo.
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Consejos para evitar dormir después de comer
Para evitar los inconvenientes de dormir después de comer, es recomendable esperar al menos dos horas antes de acostarte. Si padeces de reflujo o acidez, es aconsejable esperar aún más tiempo.
Si quieres mejorar tus hábitos alimenticios y evitar la temida siesta postprandial, aquí tienes algunos consejos útiles:
- Opta por comidas más pequeñas y frecuentes a lo largo del día en lugar de grandes festines.
- Evita consumir alimentos pesados o grasos antes de acostarte.
- Bebe abundante agua durante el día para facilitar la digestión.
- Realiza ejercicio de forma regular para ayudar a tu cuerpo a quemar calorías de manera eficiente.