El fenómeno climático El Niño ha dejado de ser el centro de atención, y ahora su contraparte, La Niña, se está preparando para tomar protagonismo a finales de este verano. Según el Centro de Predicción Climática de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés), actualmente nos encontramos en una fase neutral.
Sin embargo, esto cambiará rápidamente a medida que el fenómeno meteorológico se intensifique durante los próximos meses, estableciéndose firmemente para septiembre, justo en el pico de la temporada de huracanes. Aquí te explicamos lo que podría deparar este verano.
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¿Qué es La Niña?
La Niña es un fenómeno climático caracterizado por el enfriamiento anómalo de las aguas del océano Pacífico ecuatorial central y oriental, con impactos significativos en los patrones meteorológicos globales. Se asocia comúnmente con un aumento en la actividad de huracanes en el Atlántico, así como con cambios en las temperaturas y patrones de lluvia en diferentes regiones del mundo.
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¿Qué nos depara el verano en el norte del continente?
Este verano promete ser excepcionalmente caluroso en gran parte de las áreas continentales de Estados Unidos, influenciado no solo por la transición hacia La Niña, sino también por el continuo calentamiento global derivado de la actividad humana. Las temperaturas por encima del promedio ya se han establecido temprano en el oeste, extendiéndose hacia el este con una ola de calor similar a la de julio.
Además del calor intenso, los pronósticos estacionales advierten sobre condiciones de sequía más severas de lo habitual en la mayor parte de los estados del oeste y partes de las llanuras. Este patrón de sequedad y calor puede intensificarse en un ciclo autoalimentado: a medida que una región se seca, absorbe más energía solar, lo que a su vez aumenta las temperaturas y reduce la humedad del suelo.
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La despedida de El Niño también tendrá un impacto significativo en el Atlántico, lo que por consecuencia afectará la temporada de huracanes que se pronostica como hiperactiva. Mientras que El Niño suele generar vientos en los niveles superiores que inhiben la formación de tormentas, La Niña tiene el efecto contrario, ya que permite un mayor desarrollo y fortalecimiento de los sistemas tropicales. Esto podría dejar a las costas estadounidenses más vulnerables ante posibles tormentas este año.
En resumen, con La Niña en ascenso y el contexto del cambio climático global, el verano en el norte del continente se perfila con temperaturas altas y condiciones de sequía persistentes, mientras se anticipa una temporada de huracanes potencialmente activa en el Atlántico.
