En un paso significativo hacia la reforma del sistema penitenciario, California ha anunciado el cierre de la notoria cárcel de mujeres conocida como “el club de la violación”. Este centro correccional, ubicado en Dublín, ha sido objeto de numerosas denuncias por abusos, agresiones sexuales y condiciones inhumanas de detención.
El cierre de esta institución, que ha sido durante mucho tiempo un símbolo de injusticia y negligencia, refleja un cambio positivo hacia la protección de los derechos humanos y la seguridad de las personas encarceladas.
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Una investigación reveló los abusos sexuales en la cárcel de mujeres en California
La Oficina Federal de Prisiones anunció el lunes el cierre de una prisión de mujeres en California, conocida como el “club de la violación”, a pesar de los esfuerzos por reformar esta problemática instalación luego de una investigación de Associated Press que expuso abusos sexuales generalizados entre el personal y las reclusas.
La directora de la Oficina de Prisiones, Colette Peters, comunicó a AP que la agencia había implementado medidas sin precedentes y asignado una gran cantidad de recursos para abordar la cultura institucional, el reclutamiento y retención de personal, así como el envejecimiento de la infraestructura. Sin embargo, concluyeron que la Institución Correccional Federal (FCI) de Dublín no cumplía con los estándares esperados y que el cierre de las instalaciones era la mejor decisión tras una evaluación continua de la efectividad de estas medidas y recursos adicionales.
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El anuncio del cierre de la prisión de Dublín representa un giro significativo por parte de la Oficina de Prisiones, ya que los esfuerzos previos para mejorar la cultura y el ambiente en la institución fueron insuficientes.
Apenas 10 días antes de este anuncio, un juez federal tomó la medida inusual de designar a un maestro especial para supervisar la prisión, para subrayar la gravedad de la situación y la necesidad de una intervención urgente. Este nuevo desarrollo indica un reconocimiento más amplio de la necesidad de reformas significativas en el sistema penitenciario para garantizar la seguridad y el bienestar de los reclusos.
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La directora Peters anunció que las mujeres actualmente alojadas en la prisión serán trasladadas a otras instalaciones y aseguró que ningún empleado perderá su trabajo durante este proceso de cierre. Los defensores han instado a la liberación de los reclusos de la FCI Dublín y argumentaron que la instalación no solo está plagada de abusos sexuales, sino que también presenta problemas de moho, amianto y atención médica deficiente.
El año pasado, ocho reclusos de la FCI Dublín presentaron una demanda contra la Oficina de Prisiones (BOP), al alegar que la agencia no había logrado erradicar el abuso sexual en la instalación. El abogado de los demandantes, Amaris Montes, señaló que los reclusos continuaban enfrentando represalias por denunciar abusos, lo que incluía el aislamiento y la confiscación de sus pertenencias.
