En Estados Unidos, el cambio de hora es un esperado evento que se lleva a cabo dos veces al año, y el momento en que los relojes deben retroceder está por llegar. Este ajuste, que implica volver a la rutina de días más cortos y noches más largas, puede tener efectos en tu día a día, desde el sueño hasta la programación de actividades.
Si bien el horario de verano te permitió disfrutar de tardes más luminosas todo este tiempo, es esencial que estés preparado para el cambio que se avecina. Por eso, checa estas tres claves para que el momento de modificar las manecillas no te agarre desprevenido ni genere un impacto demasiado grande en tu cotidianidad.
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¿Cuándo se realiza el cambio de hora?
El horario de verano en Estados Unidos termina el primer domingo de noviembre. Este año, el cambio tendrá lugar el día 3 a las 2:00 a.m. cuando los relojes se atrasen una hora, posicionándose en la 1:00 a.m.
Este ajuste te permitirá dormir una hora extra, pero también significará que las tardes serán más oscuras, lo que puede afectar la planificación de tus actividades diarias. Es fundamental tener en mente esta fecha y hacer los ajustes necesarios para evitar confusiones en tu agenda.
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Recuerda que muchos dispositivos electrónicos, como smartphones y computadoras, generalmente cambian automáticamente la hora. Sin embargo, si tienes relojes tradicionales o aquellos que no están conectados a internet, deberás realizar el cambio de manera manual.
Beneficios y desventajas del horario invernal
A medida que termina el horario de verano y comienza el de invierno, se presentan ciertos cambios que pueden influir de forma más que positiva en tu rutina diaria. Entre los beneficios más destacados están:
- Un descanso más prolongado ante el aumento de las horas de sueño.
- Reducción del estrés al ajustarse mejor a las horas naturales de luz y oscuridad.
- Mejora de la productividad laboral.
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Sin embargo, también hay desventajas y efectos negativos que debes tener en cuenta. Los más importantes son:
- Menor tiempo de luz para actividades al aire libre.
- Aumento de la fatiga.
- Desajustes en la sincronización de los horarios de convivencia social y familiar.
¿Cómo prepararse para el cambio de hora?
Para evitar cualquier desajuste en tu rutina, es recomendable que prepares tu cuerpo y mente para el cambio de hora con antelación. Puedes seguir los siguientes consejos para aclimatarte mejor al cambio.
- Ajusta tu horario de sueño unos días antes: acuéstate y despiértate unos 15 minutos antes cada día para que el cambio sea más gradual.
- Exponte a la luz natural: durante el día, intenta salir y recibir luz natural.
- Organiza tus actividades: planifica tus tareas diarias pensando en que tendrás menos luz por la tarde, lo que te permitirá aprovechar mejor el tiempo.
