En medio de un invierno cambiante y complicado, muchos residentes de California se ilusionan con el regreso del horario de verano. Este ajuste clave se producirá a las 2 a.m. del domingo 9 de marzo, cuando se deban adelantar los relojes una hora para pasar automáticamente a las 3:00 a.m.
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Esta modificación, conocida como Daylight Saving Time (DST), se aplica en gran parte de Estados Unidos con el objetivo de aprovechar mejor la luz natural durante los meses más cálidos. A lo largo de los años, este ha sido un tema de debate, con defensores que destacan sus beneficios en el ahorro energético y detractores que cuestionan su impacto en la salud y la productividad.
¿Por qué se cambia la hora en California?
El horario de verano tiene raíces históricas que se remontan a la Ley de Hora Estándar de 1918, implementada en Estados Unidos durante la Primera Guerra Mundial para reducir el consumo de energía. La idea detrás de esta medida era extender la luz del día en la tarde y disminuir la necesidad de iluminación artificial.
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Sin embargo, el impacto real del DST en el consumo de energía ha sido cuestionado en diversas investigaciones. Algunos estudios indican que los ahorros son mínimos o incluso inexistentes debido a la mayor demanda de aire acondicionado y otros aparatos eléctricos en la tarde.
Efectos en la rutina y polémica en California
El cambio de horario no solo afecta los relojes, sino también el ritmo de vida de millones de personas. Muchos ciudadanos experimentan alteraciones en su ciclo de sueño, lo que puede afectar la concentración, el rendimiento laboral y la salud en general.
Según los expertos, el cuerpo puede tardar varios días en adaptarse al nuevo horario, especialmente en personas con turnos estrictos de trabajo o estudio. En California, el debate sobre la eliminación de esta práctica cobró fuerza en los últimos años.
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En el 2018, los votantes del Estado Dorado aprobaron una medida para hacer permanente el horario de verano, pero su implementación requería la aprobación del Congreso, lo que no ha ocurrido hasta ahora. Por eso, los californianos deberán ajustar sus relojes una vez más este marzo y esperar si en el futuro habrá cambios definitivos en esta práctica.
