Florida tiene islas espectaculares que reciben miles de turistas al año, pero existe una muy pequeña que no está conectada por tierra con ninguna parte del estado, por lo que solo se puede llegar en bote y es un verdadero paraíso escondido.
Se trata de Cabbage Key, una isla de 40 hectáreas que está ubicada frente a la costa del Golfo de Florida, cerca de Fort Myers, del lado oeste del estado. Rodeada de vegetación tropical, el paradisiaco lugar tiene un histórico restaurante, una casa y cabañas de alquiler. El restaurante, que está al aire libre y sobre un montículo de conchas indias de diez metros de altura, ofrece una vista panorámica de Pine Island Sound, cerca de Fort Myers, en la isla Bokeelia.
Aquí no hay coches, ni siquiera una carretera asfaltada, por el contrario, los visitantes podrán encontrar sinuosos senderos naturales, románticas vistas pintorescas y momentos de relajación y desconexión. Los turistas solo pueden llegar a la isla en barco, hidroavión o taxi acuático. Además de pasar alguna noche en este paraíso, las personas pueden simplemente llegar para desayunar, almorzar o cenar. Algunos viajeros también frecuentan el salón, famoso por su ambiente festivo y su decoración única.
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Un sitio perfecto y lleno de historia para desconectar
Cabbage Key es una duna de arena de la edad de hielo. Según los geólogos, la isla no se ha inundado completamente desde la última glaciación. Es parte de una serie de islas y cayos que salpican Pine Island Sound a lo largo de la costa oeste del condado de Lee, se detalla en la página web oficial.
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A lo largo de los años, el abrevadero de la antigua biblioteca atrajo a reconocidas personas como Katharine Hepburn, Ted Koppel, Ed McMahon, Rob Lowe, Julia Roberts, Ernest Hemingway y Jimmy Buffett, de quien se rumorea que escribió su exitosa canción "Cheeseburger in Paradise" en este lugar.
En este lugar también está el famoso Dollar Bill Bar, que abrió sus puertas en 1971. Como muchos de su tipo, se ha convertido en una forma para que los viajeros compartan de dónde vienen. De hecho, alrededor de 20,000 dólares de los "billetes caídos" se donan anualmente a organizaciones benéficas, y cuando no tuvieron visitas durante la pandemia, el bar donó 6,000 de los billetes al Fondo de Ayuda de Emergencia del Suroeste de Florida.
