A partir del 5 de enero del 2025, los conductores de Nueva York que ingresen al sur de la calle 60 en Manhattan tendrán que pagar un peaje de congestión de 9 dólares, en un esfuerzo por reducir el tráfico excesivo en la ciudad y financiar mejoras en la infraestructura del transporte público. Esta tarifa, que se aplicará a vehículos que atraviesen el área mediante el sistema E-ZPass, se introducirá gradualmente hasta alcanzar los 15 dólares en el 2031.
La Gran Manzana, conocida por su densa circulación en las calles, sigue el ejemplo de otras ciudades alrededor del mundo como Londres y Milán, que ya implementan medidas similares para reducir el tráfico y la contaminación. Conoce todos los detalles de esta iniciativa y cómo podría impactar en el mediano y largo plazo.
¿A qué se debe este peaje a los conductores de Nueva York?
El plan ha sido impulsado por la Autoridad Metropolitana de Transporte (MTA, por sus siglas en inglés) y la Gobernadora demócrata Kathy Hochul. El fin principal es el de recaudar entre 12,000 y 15,000 millones de dólares para financiar la modernización de la infraestructura del transporte público, con mejoras en el metro y el mantenimiento de puentes y túneles clave de la ciudad.
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El objetivo es aliviar la congestión en Manhattan, una de las zonas más transitadas del mundo, y mejorar la calidad de vida urbana en Nueva York. Como era de esperarse, la medida recibió diversas críticas, especialmente de parte de aquellos residentes que dependen de sus coches para llegar a la ciudad.
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Ante esta problemática, se propusieron diversos descuentos para trabajadores que ingresen a la zona diariamente y cuenten con un ingreso inferior a los 50,000 dólares anuales. De esta forma, este costo adicional no tendría tanto peso en sus finanzas personales.
Impacto y desafíos en la implementación de este peaje en Nueva York
El plan de peaje derivó en un importante debate político, ya que los legisladores republicanos de Nueva York no tardaron en cuestionar duramente la iniciativa. Sin embargo, la MTA aseguró que trabaja para asegurar que el peaje se implemente sin más demoras, con plena confianza en que el sistema federal apruebe el proyecto a tiempo.
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Los expertos aseguran que esta medida podría representar un paso importante hacia la modernización de la ciudad y la mejora de la movilidad urbana, aunque su éxito dependerá de cómo se logre equilibrar los intereses de los conductores y la necesidad de financiar proyectos esenciales.
