El mensaje de Olé: El viaje de Ferdinand va más allá de lo antitaurino, ya que explica fielmente que nadie puede ser limitado a sus condiciones. Nadie nació para realizar una tarea específica sólo porque su físico lo infiere. Esta película está basada en el libro para niños, ‘El cuento de Ferdinand’ del escritor estadounidense Munro Leaf en 1936. Aquel texto se polarizó entre los conflictos que situaban al mundo en ese entonces, por lo mismo, fue un éxito que se tradujo por lo menos a 60 idiomas y que funcionó como símbolo de paz.
Dos años después Walt Disney materializó el primer corto en 1938, con el título de ‘Ferdinand the bull’. Esta producción se llevó el Óscar como mejor corto de animación. El largometraje estrenado en 2017 fue dirigido por el director brasileño Carlos Saldaha, en producción con 20th Century Fox. Las voces protagonistas de esta cinta originalmente anglosajona son: John Cena, Mark Valle, Kate McKinnon y Gabriel Iglesias. Olé: El viaje de Ferdinand es la tercera película de Blue Sky Studios basada en un libro, después de Horton (2008) y Dr. Seuss y Epic: El mundo secreto (2013). (Sin contar Peanuts (2015), que está basada en una tira cómica).
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El pueblo donde viven Nina y Ferdinand es Ronda, al sur de España. Este pueblo es conocido por tener la plaza de toros más antigua del mundo, construida en 1785. ¿Qué es la tauromaquia? Se describe como un arte y sus orígenes van desde la Edad de Bronce, que particularmente se desarrolló en España durante el siglo XI con la celebración de fiestas taurinas en las zonas de Ávila y Zamora. Posteriormente se construyeron las plazas de toros, debido a que las localidades se veían muy afectadas después de cada evento. La polémica tauromaquia impactó en las creaciones de artistas como Goya, Picasso, Manet, Enrique Simonet, Alberto Gironella o Lucas Villaamil, incluso el compositor mexicano Agustín Lara.
Si bien, la tauromaquia se ha defendido como una fiesta ancestral, las generaciones más contemporáneas han puesto en tela juicio si realmente esto justifica el sufrimiento de los animales, en específico de los toros. Son criados desde pequeños y martirizados hasta el día de la cornisa final. Es un tema difícil y más cuando se involucra a una industria “cultural”, debido a su derrama económica. Por el consumo de la misma, es una estructura que va desde los matadores, los empresarios, las plazas, los veterinarios, fabricantes de accesorios hasta el público, todas estas personas a favor de seguir con un negocio que les ha rendido frutos.
En la película Ferdinand el destino de los toros sólo da dos alternativas, las corridas de toros o el matadero, cualquiera de las dos culmina con su muerte. Un toro de lidia o también conocido como toro bravo, es toda una especie dedicada a este tipo de espectáculos. Se caracterizan por ser instintivamente temperamentales en función de su defensa, pesan entre 300 kg y media tonelada. Cuando son agrupados en manadas, ellos mismos establecen una jerarquía que va del toro dominante; el cual siempre tendrá que defender su mandato hasta que llegue otro más fuerte, algo que provoca constantes peleas. El toro derrotado se le conoce como abochornado, además es atacado y perseguido por el resto de la manada, quedando apartado de la misma y volviéndose muy peligroso.
Ferdinand es el primer papel principal en un proyecto animado para John Cena. Antes de eso, había conseguido los prótagonicos en Dave the Barbarian y El piloto de Ultimate Muscle: The Kinnikuman Legacy (2002), pero nunca fueron lanzados al público. También había hecho una audición para Ron Stoppable en Kim Possible (2002). Además es la segunda película animada en la que Cena participó en un mismo año, debido a su contribución en Surf’s Up 2: Wave Mania (2017).
