El gol anulado al Liverpool el fin de semana en su derrota por 2-1 ante el Tottenham, ha cimbrado la Premier League como hace mucho tiempo no ocurría. En Inglaterra se ha hecho eco del escándalo a lo largo de la semana, y este martes se ha confirmado que los árbitros a cargo del VAR en ese compromiso no tendrán actividad el próximo fin de semana.
Los dos jueces que fueron retirados de sus funciones después del incidente del sábado son Darren England y Dan Cook, que fungieron como VAR y asistente del VAR durante el incidente en el que un “error humano significativo”, como lo calificó la Premier League, provocó la anulación incorrecta del gol de Luis Díaz.
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England estaba programado para tener actividad a media semana en un partido de la segunda división entre el Leicester City y Preston North End, y también ha sido retirado de dicha asignación. El silbante Tom Bramall intervendrá en su lugar.
Por otra parte, el abanderado Adrian Holmes que también sancionó fuera de juego en esa acción, también fue echado a la congeladora por lo menos para la próxima jornada, que tendrá lugar el sábado y el domingo.
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¿El Liverpool puede tomar medidas legales?
Debido a la imposibilidad de demostrar si el gol mal anulado hubiera cambiado el resultado del partido, el Liverpool tiene muy pocas posibilidades de revertir la situación.
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Su mayor aspiración es dar un golpe sobre la mesa para que hay un cambio radical en los protocolos del VAR. Sin embargo, es muy poco probable que consiga repetir el partido. Las decisiones en el campo no suelen ser interferidas después del evento. Hay excepciones muy limitadas, que se han dado, por ejemplo, cuando hay evidencia de corrupción, y este no es el caso.
