El Mundial Sub-20 Chile 2025 no solo será una vitrina para las futuras estrellas del futbol, también marcará un antes y un después en el arbitraje internacional. La FIFA ha decidido implementar una herramienta inédita en torneos masculinos: la tarjeta verde, una innovación que busca democratizar el acceso a la revisión de jugadas polémicas en países sin infraestructura VAR.
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La tarjeta verde forma parte del sistema Football Video Support (FVS), una alternativa al VAR tradicional que requiere menos cámaras y personal técnico. Cada entrenador contará con dos tarjetas verdes por partido, que podrá utilizar para solicitar la revisión de decisiones arbitrales clave.
¿Cómo funciona la tarjetas verde?
Cuando un director técnico considera que una jugada fue mal sancionada —por ejemplo, un gol dudoso, un penal polémico, una expulsión directa o un error de identidad— puede levantar la tarjeta verde hacia el árbitro central. El partido se detiene y el juez principal revisa la acción en video. No hay un equipo VAR detrás; la decisión final queda en manos del árbitro.
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Si la revisión confirma el error y se modifica la decisión, el equipo conserva su tarjeta verde. Si el árbitro ratifica su fallo original, el equipo pierde esa oportunidad de revisión. Es un sistema similar al de los “desafíos” en deportes como el futbol americano o el tenis.
¿Por qué en el Sub-20 se utilizará la tarjeta verde?
La FIFA ha elegido este torneo juvenil como laboratorio de pruebas, tal como lo hizo en el Mundial Femenil Sub-20 de Colombia 2024, donde México fue pionero en su uso. La intención es evaluar su eficacia antes de considerar su implementación en competencias mayores, como el Mundial 2026.
Esta herramienta busca mayor justicia en el campo y empoderar a los entrenadores en decisiones críticas. Sin embargo, también plantea interrogantes: ¿habrá abusos? ¿Condicionará el ritmo del juego?