Para muchos los dos mejores jugadores de la historia del tenis son Roger Federer y Rafael Nadal, ambos marcaron una época en el deporte blanco y fueron protagonistas de grandes batallas en finales de Grand Slams. Poder verlos jugar juntos era un sueño de todos los aficionados, algo que parecía imposible, pero que se hizo realidad por primera vez gracias a la Laver Cup.
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En la edición de 2017, este torneo de exhibición regaló a todos los amantes del tenis un momento histórico, el suizo y el español se dieron cita para hacer equipo por primera vez. En aquel partido vencieron por 6-1, 1-6 y 10-5 a la dupla americana conformada por Jack Sock y Sam Querrey pero lo más significativo fue poder ver ambas leyendas compenetrarse y demostrar la magia de cada uno dentro de la cancha, ahora en equipo.
Noche soñada
Aquella noche de Praga supuso un hito en la carrera de los dos tenistas más exitosos y carismáticos de la historia. Un diestro y otro zurdo. El rey del césped y el rey del polvo de ladrillo. El estilo clásico y el estilo moderno. Los dos vestidos iguales: pantalón blanco, camiseta azul y cinta blanca en la cabeza. Federer y Nadal por fin juntos del mismo lado de la red.
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Vuelta post Covid
Ahora el torneo nacido en 2017 con el impulso de Roger Federer y con el nombre de uno de los jugadores más reconocidos de la historia, Rod Laver, está más que afianzado dentro del mundo del tenis masculino y tendrá por delante en Boston la primera edición post Covid-19, después de que hayan pasado dos años desde que se jugara en Ginebra por última vez.
La Laver Cup regresa al calendario tras un año de ausencia y lo hace con una edición con muchos retos por delante, pero uno principal, vivir por primera vez sin ninguno de los integrantes del Big 3 entre los participantes. Una oportunidad para que las raquetas más pujantes del circuito, como la del reciente ganador del US Open, Daniil Medvedev, sigan dando pasos al frente.