Desde hace varios años, se le consideró al exoplaneta “K2-18b” como uno de los candidatos más prometedores para albergar vida fuera del sistema solar; sin embargo, recientes estudios de expertos han desmentido esa posibilidad.
Ubicado a 120 años luz de la Tierra, en la constelación de Leo, este mundo lejano parecía tener todo: agua, una atmósfera rica en hidrógeno, además de una zona habitable alrededor de su estrella; por ello también se le conocía como el “gemelo de la Tierra”.
The James Webb Space Telescope detected dimethyl sulfide in its atmosphere (on Earth that comes from marine microorganisms).
— Massimo (@Rainmaker1973) July 29, 2025
K2-18b is potentially habitable super-Earth about 2.6 times the size of our planet. It is located 124 light-years from the Solar System. pic.twitter.com/o8dzQEQDy5
K2-18b, el planeta que prometía vida como en la Tierra, ahora es solo una ilusión científica
Cabe recordar que el entusiasmo científico por el exoplaneta “K2-18b” se disparó en 2019 cuando se detectó vapor de agua en su atmósfera.
Posteriormente, un análisis de la NASA sugirió la presencia de moléculas de dimetilsulfuro, que en la Tierra solo las producen los organismos vivos. Esto llevó a pensar en la posibilidad de vida.
Si embargo, investigadores del Instituto de Astrobiología de la Universidad de Florida advierten que las condiciones atmosféricas de este planeta no permiten albergar vida, así como la conocemos.
The search for life beyond the solar system is heating up. Though biosignatures around super-Earth K2-18b remain unconfirmed, the JWST has found the planet could be a water-rich ocean world. https://t.co/W6YjjtqT1k
— SPACE.com (@SPACEdotcom) July 31, 2025
¿Qué dice la nueva investigación sobre K2-18b?
El astrobiólogo, Edward Schwieterman, dice que aunque existen elementos químicos interesantes, las temperaturas, la presión y la química general del exoplaneta hacen inviable la vida.
El “K2-18b” es considerado una sub-Neptuno, un tipo de planeta cubierto por una densa atmósfera de hidrógeno y posiblemente un océano profundo de agua, pero sin una superficie sólida en donde la vida pudiera desarrollarse.
Aun así, los científicos explican que la detección de dimetilsulfuro aún no es concluyente, ya que proviene de datos preliminares del telescopio espacial James Webb y puede existir un margen de error en la interpretación.
¿Qué sigue en la búsqueda de vida extraterrestre?
Aunque este hallazgo representa un golpe a la esperanza de encontrar vida en K2-18b, la exploración espacial y búsqueda de vida extraterreste continúa. Los astrónomos seguirán estudiando otros exoplanetas, y para ella echan de la mano de la más avanzada tecnología disponible.
¿Estamos realmente solos en el universo? Esa sigue siendo una pregunta abierta, pero K2-18b ya no es el lugar tan atractivo en donde probablemente se encuentre la respuesta.