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“¡Se llevaron todo!”: Lo que queda del rancho Izaguirre en Teuchitlán, Jalisco

Madres buscadoras denunciaron que el rancho Izaguirre se ha convertido en un “museo”, tras ingresar con la esperanza de hallar pistas sobre sus desaparecidos.

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Este jueves 20 de marzo, la puerta negra de más de tres metros de altura, decorada con dos caballos blancos y la inscripción “Rancho Izaguirre”, se abrió para recibir a diversos medios de comunicación y colectivos de familiares de personas desaparecidas en Teuchitlán, Jalisco.

Pese a que el lugar ha sido llamado un presunto campo de exterminio, en los alrededores decenas de madres buscadoras aguardaban con la esperanza de encontrar algún rastro de sus seres queridos.

Sin embargo, la indignación no tardó en surgir cuando denunciaron que la escena había sido presuntamente alterada. Aunque algunas pruebas parecían haber sido eliminadas, otras imágenes documentaron las condiciones del sitio, apodado la escuelita del terror”.

¿Cómo es el Rancho Izaguirre? Un recorrido por el campo de adiestramiento en Teuchitlán

La propiedad está cercada por altos muros que impiden la vista desde el exterior. Dentro, hay casas en ruinas y estructuras similares a graneros, ahora acordonadas con cintas de “escena del crimen”.

Pequeñas banderas de colores—rojas, amarillas y verdes—sobresalen de la tierra, marcando los puntos donde las autoridades hallaron objetos personales: zapatos, mochilas y documentos de identidad de personas que, se presume, fueron llevadas a este lugar.

En el sitio, se observan perforaciones en las paredes, aparentemente causadas por disparos, así como estructuras oxidadas y llantas pintadas de blanco, que posiblemente fueron utilizadas en entrenamientos.

También hay cocinas improvisadas con cazuelas y un refrigerador, evidencia de que quienes ocupaban el rancho cocinaban ahí, además de baños en condiciones precarias.

¿Qué pasó en el rancho Izaguirre?

Fue aquí donde, a principios de marzo, un colectivo de búsqueda de desaparecidos descubrió lo que describieron como un “campo de exterminio”, con fragmentos de huesos, cenizas, crematorios improvisados y cientos de pertenencias personales.

El caso ha conmocionado a México, un país sumido en una crisis de violencia alimentada por el crimen organizado, donde la desaparición de personas se ha convertido en una alarma constante.

Hoy son las madres quienes, con sus propias manos, hacen el trabajo que las autoridades deberían estar realizando, por lo que piden que dejen de jugar con su dolor.

Rancho Izaguirre en Teuchitlán: El momento en que madres buscadoras entraron al terreno