Para los académicos del Colegio de México si hay cura para uno de los grandes problemas nacionales, la violencia.
Al presentar el estudio “Análisis comparativo de la contención del crimen organizado en Chicago, Sicilia y La Laguna”, el académico Sergio Aguayo aseguró que una de las claves que está siendo para combatirla es la sociedad.
“.La tesis que mantenemos es muy elemental, con base en un estudio comparativo de Chicago de los años 20, de Sicilia a finales del siglo XX, principios del XX1 y La Laguna, en Coahuila y Durango México, la clave que está siendo olvidada es la participación de la sociedad, entonces esta tesis clave porque le da un protagonismo a la sociedad, a las organizaciones de la sociedad civil que hasta ahora ha sido negada”.
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Durante el seminario, también participo el investigador Rodrigo Peña, quién contó que se analizaron de manera separada casos en donde hubo un gran contexto de violencia criminal como fue en Chicago, Sicilia y La Laguna, México, lugares, donde advirtió había una gobernanza criminal, es decir existía un grupo criminal o varios con interés políticos sobre el territorio y en donde hubo una articulación de la sociedad civil, que fueron determinantes en la creación de consensos sociales sobre el crimen y en la interlocución con las autoridades.
“Es un proceso socio-histórico, vamos a decirlo así, donde intervienen, el mismo tipo de actores, en los tres lugares que son 6 actores, y esta intervención y esta articulación produce una efectiva respuesta vamos a decirlo así a la violencia criminal, se da por supuesto en etapas, pero se da y en los tres el resultado es una disminución considerable de la violencia producida por estos esquemas de gobernanza criminal”
Los miembros del Colegio de México mencionaron que esta forma de relacionarse entre estos 6 actores produce una red que políticamente es más fuerte que el grupo criminal que producía esa violencia, aseveró, Sergio Aguayo.
“Los 6 actores que siempre aparecen son empresarios, y medios de comunicación, colectivos de víctimas, académicos, grupos religiosos y organismos de la sociedad civil, esos son los 6 actores que aparecen en los 3 casos que revisamos, segundo la aparición y la participación fue de generación espontánea, no hubo un acuerdo previo de que vamos a organizarnos para enfrentar a los criminales, a través de un dialogo con la autoridad para que implemente tal política, se fueron dando las condiciones y cada uno fue aportando y al final lograron encarcelar a Alcapone, encarcelar al Maxi proceso de 1986 en Italia o la detención del Z40, del Z42 en Coahuila y el desmantelamiento”.
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Los investigadores informaron que en este momento están experimentando si este tipo de participación de los 6 actores de la sociedad, pueden funcionar en otros lugares y adelantaron que ya se encuentran trabajando en algunas zonas de la Ciudad de México y que están preparando una propuesta para presentársela al gobernador electo de Sonora, Alfonso Durazo para ver si en Hermosillo pueden aplicar esta propuesta y reconocieron que no en todas las ciudades se dan las condiciones para la participación de la sociedad.
Señalaron que la participación de la sociedad puede ser de suma importancia para generar la paz en las ciudades
“No en todas las ciudades, en todas las urbes se dan las condiciones para la participación de la sociedad, por ejemplo un requisito indispensable es que los empresarios sean independientes, autónomos frente a los criminales y frente al gobierno, en La Laguna, parte de su éxito fue su autonomía al gobierno, no dependen del gobierno, lo mismo puede decirse de los medios de comunicación, sino existe un medio de comunicación independiente que informa hasta donde puede salvaguardando la integridad física de los reporteros y directivos pues difícilmente se puede movilizar la ciudadanía”, mencionó, Sergio aguayo.
Finalmente los estudiosos, advirtieron que lo que proponen no es de aplicación generalizada, simplemente, aseguraron la sociedad es un actor indispensable para frenar al crimen organizado y los tres ejemplos históricos que estudiaron lo demuestran.
“Hasta qué punto pueden ser replicables en esas ciudades, en esos trabajos andamos porque en teoría debería serlo pero en la vida real, no se juega a la teoría de las ciencias sociales, pero hay que trabajar mucho”. Culminó