En este pueblo de Jalisco forjan cuchillos con colmillos de mamut de la Era de Hielo

Desde Sayula, Jalisco, la familia Ojeda forja cuchillos de fama mundial. Conoce la historia de este arte que combina aceros suecos con muelas de mamut y 15 generaciones.

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Por: Carolina Rocha, Carlos Alberto Pérez

En el legendario “pueblo de los cuchilleros”, en Sayula, Jalisco, existe una familia que guarda un secreto que le ha dado fama mundial y que parece sacado de un museo de historia. La familia Ojeda, como nos muestra Carolina Rocha, no solo crea cuchillos: forja obras de arte con materiales de la Era de Hielo, como muelas y colmillos de mamut.

Este toque prehistórico, combinado con una precisión casi quirúrgica, ha convertido a su taller, fundado en 1942, en un lugar de peregrinaje para coleccionistas y chefs de todo el mundo que buscan una pieza de la historia de México en sus manos.

La leyenda de la “Calle del Cuchillo” en Sayula, Jalisco

Todo comenzó con un solo hombre, Don José Ojeda Larios, en una calle que hoy todos conocen como la “calle del cuchillo”. Su maestría ha sido heredada por 15 generaciones, transformando un pequeño taller en una empresa familiar que hoy da trabajo a 24 de sus descendientes.

Hijos, nietos y bisnietos se dedican a crear no solo cuchillos de cocina, sino también imponentes cuchillos de monte, dagas e incluso bastones de mando, todos con una atención al detalle que quita el aliento.

Los cuchillos con muela o colmillo de mamut son los más llamativos de los Cuchillos Ojeda, en Sayula, Jalisco
Los cuchillos con muela o colmillo de mamut son los más llamativos de los Cuchillos Ojeda, en Sayula, Jalisco |FIA

Acero sueco y materiales que cuentan historias; son cuchillos de autor

Para que un cuchillo Ojeda sea perfecto, la calidad debe ser absoluta. El acero con el que trabajan es importado de las mejores acerías de Suecia, Austria, Japón y Estados Unidos. Pero la verdadera exclusividad está en los mangos, donde se utilizan materiales que son una rareza:

  • Cuerno de búfalo y de venado.
  • Maderas fósiles con miles de años de antigüedad.
  • Y el más increíble de todos: muela y colmillo de mamut, un material que le da a cada pieza un carácter único e irrepetible.

“Ninguna máquina puede hacerlo": el toque final

A pesar de contar con tecnología de punta como el corte por láser, el paso más importante del proceso sigue siendo puramente humano. El pulido final se hace a mano, un ritual en el que los artesanos dedican horas a borrar cada mínima imperfección de la hoja hasta lograr un acabado de espejo.

“Es una terminación que ninguna máquina puede replicar”, comentan con orgullo. Es ese toque humano, esa herencia de más de 80 años, lo que convierte a un simple cuchillo de Sayula en una leyenda que corta la historia.

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