Crisis del Bienestar: Retienen pensión de joven con parálisis cerebral

La madre del joven ha realizado múltiples visitas y trámites en diferentes oficinas, incluso viajando más de 400 kilómetros, sin obtener solución ni información.

Por: Pilar Espinoza

Con información de: Rodrigo Álvarez

Mónica Galván, madre de Luis Felipe Salazar, un hombre con parálisis cerebral, denuncia la falta de acceso a la pensión para personas con discapacidad desde que cambiaron el pago al Banco del Bienestar. Tras cuatro años recibiendo apoyo económico, ahora enfrenta un viacrucis burocrático sin respuestas claras ni acceso a los recursos.

Este caso evidencia fallas graves en el sistema de apoyo gubernamental y la mala gestión del Banco del Bienestar, dejando a familias vulnerables en la incertidumbre.

La realidad de vivir con una persona con discapacidad en México

Mónica Galván comparte la experiencia de cuidar a su hijo, quien tiene parálisis cerebral desde su nacimiento por falta de oxígeno. “No es imposible, pero tampoco es fácil vivir con una persona con muchas necesidades de este tipo”, afirma. Luis Felipe depende al 100% de su madre para su cuidado diario.

¿Y el apoyo del gobierno? Luis Felipe fue beneficiario desde 2020 de la pensión para personas con discapacidad, recibiendo 2 mil 800 pesos cada dos meses a través de Banco Azteca; sin embargo, en junio de 2024, el pago fue transferido al Banco del Bienestar y desde entonces no ha recibido el recurso.

Mónica relata que al comunicarse con las autoridades le informaron que el depósito estaba en la nueva tarjeta del Banco del Bienestar, pero que debía recogerla en una dirección específica. “Fui con mi hijo, con toda la papelería, ‘todavía no llega, déjeme copia de credencial de él y esperé a que le hablemos’, eso fue desde agosto, septiembre, octubre, noviembre y nada”.

El calvario burocrático del Banco del Bienestar

La madre de Luis Felipe ha viajado más de 400 kilómetros hasta la capital de Chihuahua para acudir a las oficinas del Bienestar sin éxito. En su última visita le dijeron que podría tardar hasta tres años en obtener la tarjeta y que no hay certeza sobre el dinero depositado.

Mónica hace un llamado urgente: “No está recibiendo nada desde hace un año exactamente, ¿dónde quedó ese dinero? Puede ser que alguien más lo esté cobrando. No es justo que pase esto”.

Este caso es un ejemplo claro de las deficiencias del Banco del Bienestar, que ha creado un sistema con pésimos procesos donde el cliente, en este caso una persona con discapacidad, es lo menos importante. La falta de respuesta y transparencia afecta directamente a quienes más necesitan el apoyo gubernamental.

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