Londres.- Reino Unido se preparaba el miércoles para la llegada de Donald Trump horas después de que el presidente estadounidense se metiera en la crisis del Brexit que afecta al gobierno de la primera ministra Theresa May y de que calificara a su aliado europeo más próximo como un país en estado de agitación.
Trump aterrizará el jueves en Reino Unido tras una reunión de la OTAN en Bruselas en la que cargó contra Alemania y otros países europeos por no contribuir lo suficiente al gasto en defensa. Su viaje coincide con una semana tumultuosa para la primera ministra británica después de que dos de sus ministros de mayor rango dimitieran en protesta por sus planes de comercio con la Unión Europea una vez se produzca el próximo marzo el divorcio de Reino Unido con la Unión Europea
May parece haber evitado un desafío inmediato a su liderazgo por parte del sector más descontento de su Partido Conservador, pero los comentarios de Trump antes de su visita -en los que dijo que Reino Unido se encontraba en un estado de “cierta agitación” y que dependía de la gente que May siguiese en el poder- avivaron la sensación de crisis política.
Trump también dijo que puede que hable con el ya ex ministro de Asuntos Exteriores, Boris Johnson, que dimitió junto al ministro para el Brexit, David Davis en protesta por los planes de la primera ministra de llevar a cabo un Brexit favorable al sector empresarial, planes que fueron aprobados por su gabinete el mes pasado tras dos años de debate.
El presidente estadounidense apoya públicamente desde hace tiempo el Brexit, al que considera parte de un descontento global como el que ulteriormente lo llevó al poder en su país. Al día siguiente de que se votara la salida de la Unión Europea, dijo desde su campo de golf escocés que el resultado del referéndum fue “algo grande”.
El recibimiento a Trump no será precisamente caluroso por una parte de la población británica. Cuando el mandatario estadounidense fue invitado el año pasado, cerca de dos millones de personas firmaron una petición en contra porque entendían que éste podría avergonzar a la reina Isabel II.
Miles de efectivos policiales serán desplegados con motivo de la visita ya que se esperan protestas multitudinarias. Más de 50.000 personas se han inscrito para participar en una manifestación en Londres este viernes, aunque también está prevista otra contramanifestación de bienvenida.