Dakar, Senegal, 24 Jun (Notimex). - “Fui el mejor jugador de la historia de Senegal, sin ninguna duda”. El Hadji Diouf va directo al grano: no se anda con rodeos.
Desde un lujoso hotel de Dakar que da al océano, el llamado “bad boy” del futbol senegalés accede a hablar un poco sobre él.
“Soy ex jugador de la selección de Senegal y jugué en muchos clubes de prestigio como el Sochaux, el Rennes, el Lens, el Liverpool, el Bolton, el Sunderland, el Blackburn, el Glasgow Rangers, el Doncaster Rovers, el Leeds United…”, dice.
“Terminé mi carrera en Malasia, en el Sabah. Se puede decir que vi algunos campos de fútbol por todo el mundo”, agrega sonriendo y mostrando un vistoso brillante incrustado en un diente.
Este mes de julio Senegal disputa en Rusia el segundo Mundial de su historia. Aunque sobre el papel la selección africana no tiene grandes esperanzas, el país entero espera repetir la gran experiencia del Mundial de 2002.
El símbolo de ese equipo fue Diouf, un genio rebelde que arrastró a su país hasta los cuartos de final.
“Participar en el Mundial -continúa- es el sueño de cualquier jugador. Nací en un lugar magnífico llamado Senegal, un país donde nadie creía que fuera posible llegar a competir en un Mundial”.
“Me siento bendecido por el Señor por haber formado parte de una generación de oro, de una generación que hizo que el fútbol africano alcanzase ciertos niveles”, asegura.