¿Quién dijo que solo los seres vivos podían tener un alma? En Tokio, Japón , la línea entre lo orgánico y lo mecánico se ha vuelto cada vez más difusa. Por eso, en un emotivo acto de devoción, decenas de personas se congregaron para ofrecer plegarias por la vida eterna de sus fieles perros robots. Aquí te contamos los detalles de esta historia.
Esto fue por lo que los dueños de robots rezaron en Tokio
En la ciudad de Tokio se celebró el tradicional festival de mayoría de edad para un tipo muy inusual de visitantes: perros robots.
Así fue como un grupo de mascotas robóticas vestidas con kimonos “celebraron” el “Shichi-go-san”, una tradición japonesa en la que los padres llevan a sus hijos menores siete años a un santuario local y piden que tengan una vida larga y próspera.
Perros robots fueron preparados para la ceremonia
En esta edición los dueños de los dispositivos, conocidos como “ Aibo ”, pidieron salud para sus peculiares “mascotas”, a los que algunos llevaban en cochecitos, mientras que otros los cargaban en portabebés.
Es importante puntualizar que estas mascotas están equipadas con inteligencia artificial y se entregan con instrucciones específicas. Los usuarios pueden interactuar con ellos a través de su dispositivos móviles.
El tema desató el debate en redes sociales sobre los límites de la fe y la naturaleza de las mascotas robóticas.
Rusia donó más de 70 animales a Corea del Norte
Hablando de animales y mascotas en Asia, este mismo miércoles, el presidente de Rusia Vladímir Putin realizó un regalo muy especial a su aliado Corea del Norte.
Fueron transferidos más de 70 animales, incluidos un león africano y dos osos pardos, dos yaks, cinco cacatúas blancas, 25 faisanes de diferentes especies y cerca de 40 patos mandarines a un zoológico en Pionyang.
El ministerio de recursos naturales ruso fue el encargado de supervisar el traslado de los ejemplares. Cabe señalar que tan solo el pasado mes de abril, Rusia donó varias aves, entre ellas águilas, grullas y loros, al zoológico central de la capital norcoreana.