Jesús Hernández Alcocer: El “abogánster” | El Punto de VistalVazo

Escrito por: Alejandro Villalvazo
Jesús Hernández Alcocer El abogánster El Punto de Vistalvazo

El “abogánster”, suena a título de serie, película, libro… si empiezan a correr los créditos, el primer nombre en aparecer será el del protagonista: Jesús Hernández Alcocer.

Yo, la verdad, todavía no salgo del asombro, la historia de corrupción e impunidad en la que ha vivido este farsante me ha dejado “apendejado”. Y les digo porque…

Se abren las apuestas por el abogánster Jesús Hernández Alcocer

Haciendo una biografía, no autorizada claro, hay que decir que Jesús Hernández Alcocer nació en algún lugar de México, algún día de 1943… 20 años después, en 1963, presentó el examen de ingreso a la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM… Se quedó, pero no terminó.

Según el registro de la SEP, Jesús Hernández Alcocer, se tituló como licenciado en derecho en el 2017 por la “Universidad del Distrito Federal”… Eso quiere decir que este farsante litigó como abogado durante 50 años, sin serlo.

¿Cómo le hizo para poder ejercer si necesitaba forzosamente una cédula profesional? El usurpador, se rodeó de hombres que sí estaban titulados… Ellos, se presentaban en los juicios, él, cobraba, amenazaba, corrompía y hacía las amistades…

Se hizo cercano a políticos, militares, diputados, senadores, jueces, ministerios públicos… Dicen que para ser, hay que parecer… y él, parecía, pero de la mafia.

Jesús Hernández Alcocer litigaba con pistola en mano

“Litigaba” con pistola en mano, sostenía sus pantalones con tirantes y adornaba la corbata con una perla… “El padrino”, le apodaban algunos.


“Por las buenas o por las malas”, les decía a sus rivales mientras sobaba su pistola .380, bañada en oro… Tenía oficinas, pero le gustaba “despachar” en los privados de los mejores restaurantes.

Sus coches de lujo, los estacionaban siempre a la puerta… Tenía varios y de los más caros, sus favoritos, los Mercedes y los BMW…


También presumía sus obras de arte resguardadas en la casa del Pedregal… Ahí, donde las bohemias acababan tarde…

Esa complicidad con Onésimo Cepeda es para muchos el resumen del poder, la corrupción, la impunidad con la que se manejó este impostor… En el 2011 fue exhibido, Jesús Hernández Alcocer, fue acusado de tráfico de influencias, cohecho, abuso de autoridad, usurpación de profesión y extorsión.

Todo eso cuando defendió a quien fuera obispo de Ecatepec, en un caso de fraude por 130 millones de dólares, nada pasó… Hace 11 años, la fiscalía archivó esa investigación…

Cliente y abogado… Onésimo y Jesús, celebraron el “triunfo” en el privado del Suntory… Sí, en ese restaurante de donde salió derrotado la noche del 23 de junio cuando mató a su esposa Yrma Lydya.

Hoy, el “abogánster”, busca abogado que lo saque de la cárcel. De entrada, trató de desaparecer el arma homicida, pero no lo logró… Ya aplicó aquella de me siento mal… y apareció en audiencia en silla de ruedas… no le resultó… lo vincularon a proceso.

Hay quién dice que de la cárcel no se salva, acusado de feminicidio… Yo sigo pensando que tiene una muy poderosa razón para que lo manden a prisión domiciliaria… sus 79 años.

Para eso, seguro que sí aceptará que es un anciano… al tiempo… en octubre, será la próxima audiencia… Ahí sabremos qué alcances tiene todavía el “abogánster” Jesús Hernández Alcocer, y de qué tamaño es la justicia o la impunidad en un méxico que quiere ser distinto.

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Escrito por: Alejandro Villalvazo

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