Un año sin José: El huracán “Otis” dejó una herida abierta en Acapulco
A un año del huracán “Otis”, el dolor de las familias acapulqueñas sigue vivo. La madre de José, uno de los fallecidos en el desastre natural, lo recuerda.
A un año del devastador paso del huracán “Otis” por Acapulco, el dolor y la pérdida siguen siendo palpables para muchas familias que vieron cómo sus seres queridos eran arrebatados por las furiosas olas. Entre ellas, destaca el caso de doña Marta, cuya vida se desmoronó tras la trágica muerte de su hijo José, quien trabajaba como marinero.
“Mi hijo tenía toda una vida por delante. No me lo esperaba yo esto. Todas las noches son muy duras para mí", confiesa doña Marta con la voz entrecortada por el dolor. La pérdida de su hijo ha dejado un vacío inmenso en su corazón y en el de toda su familia.
La hermana de José comparte la misma sensación de desolación. “El estar sin mi hermano, sin estar sin él, todavía lo sigo pensando, no lo asimilo todo lo que él pasó", expresa con tristeza.
Embarcación de José se hundió durante el paso del huracán “Otis”
La embarcación en la que trabajaba José y sus compañeros se hundió durante el huracán, cobrando la vida de varios marineros. Los cuerpos de algunos de ellos fueron recuperados, pero otros, como el de José, permanecieron desaparecidos durante días.
Doña Marta recuerda con angustia los momentos previos a la tragedia. “Ya a las 11 le marqué, no me contestó, a las 12 a las 12:06 nos mandó un video donde estaba muy feo (la situación), ya las olas y todo el barco se hacía muy feo y ya el último vídeo que mandó y ya no me pude comunicar”.
A pesar del tiempo transcurrido, doña Marta aún no ha podido superar el duelo y enfrenta dificultades para obtener la pensión del Seguro Social que le corresponde por la muerte de su hijo. “Así me traen vueltas y vueltas y apenas esta semana tuve que ir tres veces al seguro y no, pues nomás el doctor no, pues te falta este papel que vaya con pensiones y de pensiones, ya me mandaron aquí a la 26 lidiar con esto”, lamenta.
“Otis” una huella que nunca se borrará
La pequeña embarcación donde trabajaba José solo recibió un pago de 50,000 pesos como indemnización, una cantidad insuficiente para compensar la pérdida de un ser querido y el futuro que se le arrebató.
El huracán “Otis” no solo dejó a su paso destrucción material, sino que también causó heridas profundas en el alma de quienes lo vivieron. “Otis no solo destruyó Acapulco, también la vida de muchas familias”, asegura doña Marta. “Es un dolor tan grande que no lo puedo soportar”.
El Club de Yates de Acapulco, otrora lleno de vida y actividad, ahora luce desolado con cientos de
embarcaciones hundidas
. Cada una de ellas representa una historia de vida truncada y un dolor que aún no cicatriza.