En México, abrir un negocio o salir a trabajar honestamente se ha convertido en un deporte de alto riesgo. La extorsión se ha coronado como uno de los delitos de mayor impacto que “nada más no disminuye"; al contrario, crece, lacera a las familias y se mantiene impune bajo una cifra negra escalofriante.
Cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública revelan una tendencia alarmante: entre enero y noviembre de 2025, este ilícito registró un aumento del 23.1% en comparación con el mismo periodo de 2019.
¿Por qué se disparó la extorsión en México?
Para los expertos consultados por Fuerza Informativa Azteca (FIA), el repunte no es casualidad, sino consecuencia de una política fallida. Manuel Balcázar, especialista en inteligencia, fue contundente al evaluar el sexenio anterior:
“Se espera que el gobierno desarrolle sus capacidades... pero tuvimos 6 años perdidos de abrazar a la delincuencia, en vez de enfrentarla con la ley”.
Oficialmente, se iniciaron 9 mil 725 carpetas de investigación y se reportaron 10 mil 322 víctimas en lo que va del año. Sin embargo, estas cifras son solo una ilusión estadística.
La punta del iceberg: 97% de Cifra Negra
La realidad es mucho peor de lo que dicen los papeles. La Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE) confirma que la extorsión presenta uno de los mayores niveles de “cifra negra": el 97% de los casos no se denuncian.
“Es un delito que desafortunadamente ha crecido por la desconfianza que existe en la denuncia”, explicó Octavio de la Torre, presidente de Concanaco Servytur México.

La extorsión opera desde las cárceles en México
Otro factor crítico es que la extorsión tiene su “call center” dentro de las propias prisiones. Javier Oliva, consultor en seguridad nacional, señaló que los centros de readaptación social no cumplen su misión estructural y permiten la operación delictiva intramuros.
El impacto económico es devastador. Según Concanaco Servytur, las presiones extorsivas ya no son exclusivas de “zonas calientes"; se han extendido a lo largo del territorio nacional, afectando al 89% de las entidades federativas.
“Nosotros vivimos en las comunidades, nosotros vivimos y sufrimos los delitos”, lamentó Octavio de la Torre.
Hoy, la extorsión sigue acabando con la economía y la tranquilidad de quienes solo buscan ganar ingresos de manera limpia, mientras la autoridad parece rebasada por una rutina de violencia que no tiene freno.