De la contradicción a la censura: los límites de la libertad de expresión en el discurso oficial
Los gobernantes suelen defenderse con palabras, y solo con palabras. Pero en televisión, y en particular en TV Azteca, los hechos hablan por sí mismos.
La presidenta Claudia Sheinbaum dejó muy claro hace unos días su desacuerdo con propuestas como la que recientemente hizo pública Paco Ignacio Taibo II, el director del Fondo de Cultura Económica.
Sheinbaum fue enfática: “No quiere decir que estemos de acuerdo con lo que dice Paco, no es nuestra intención lo que plantea Paco”. Y remató: “No, no es la intención del gobierno de México ni mucho menos”. Sin embargo, también subrayó un punto importante: en este país existe libertad de expresión.
Aquí es donde se marca una diferencia fundamental. Los gobernantes, como la presidenta, suelen defenderse con palabras, y solo con palabras. Pero en televisión, y en particular en TV Azteca, los hechos hablan por sí mismos. Nosotros mostramos imágenes, realidades concretas, esas que muchas veces los políticos preferirían mantener ocultas.
Es precisamente por eso que resulta indispensable, en el contexto de la llamada “ley censura” -así, con todas sus letras de la C a la A, presidenta- que se eliminen de raíz todas las tentaciones autoritarias.
Porque, aunque algunos intenten disfrazarlas, estas propuestas que se han presentado incluso en el Senado no son otra cosa que un nuevo intento de censura y, peor aún, una amenaza directa a la libertad de expresión.