En un entorno complicado, en medio de una gran sequía que prevalece en gran parte del territorio mexicano, es difícil que exista una distribución uniforme del agua. Existen zonas donde la precipitación pluvial es escasa y dificulta todo tipo de producción, mientras que en otras abundan los fenómenos meteorológicos que provocan frecuentes inundaciones.
Ante ese panorama de escasez que revela una crisis hídrica global, el titular de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, Víctor Villalobos señaló que habrá que encaminar los usos del agua hacia una economía circular, es decir, difundir métodos para reutilizar el recurso hídrico y fomentar la adopción de las técnicas que promuevan su cuidado.
2 mil 200 millones de personas a nivel mundial no tienen garantizado el acceso al agua potable, y 4 mil 200 millones no disponen de saneamiento. Así se dio a conocer en la conferencia “Agua y Soberanía Alimentaria en la Cuarta Transformación”.
“Es por esto que hoy debemos tener una mayor apertura para promover prácticas funcionales, que reflejen cambios importantes en el cuidado de los recursos, y en especifico para el tema que hoy nos apremia, que es casualmente el tema del agua.” Apuntó el titular de Sader.
Panelistas de la actual administración argumentaron que el manejo del agua en nuestro país es una tarea pendiente para la autosuficiencia alimentaria, la cual debe dar prioridad a pequeños y medianos productores, configura en el 85% del total de unidades de producción.
Es necesaria una nueva política del agua
Por ello concluyeron que es necesario una nueva política del agua, donde el Estado recupere el control y rectoría del recurso, para la viabilidad a largo plazo del desarrollo nacional.
“Que implique agua para transformar a México en una potencia económica soberana, agua para garantizar el derecho humano al agua y al saneamiento. Agua para autosuficiencia alimentaria sustentable”así lo aseguro Víctor Suárez, Subsecretario de Autosuficiencia Alimentaria.
Por su parte, el titular de la Sader, Víctor Villalobos sostuvo que en nuestro país la disponibilidad de agua constituye el mayor limitante para la producción de alimentos. Y a esto se suma que en el caso de eventos climatológicos extremos, como las sequías e inundaciones van en aumento y afectan cada vez mas los cultivos.
Afirmó: “Hay que considerar que nuestra labor principal en estos momentos es la búsqueda de los sistemas que existen para un manejo y producción de alimentos y que se adapten a los impactos que se avecinan”.
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Pues el objetivo, declaran, es que el agua signifique desarrollo económico local y regional, considerando los impactos del cambio climático, con la participación comunitaria y ciudadana.