El paso de los migrantes en México no ha sido sencillo, ya que la delincuencia ha frustrado su camino por las costas de Veracruz, asechando a niñas, mujeres que se encuentran trasladándose en grupos con el objetivo de buscar una mejor vida.

De acuerdo con la Diócesis de Coatzacoalcos, el ataque más reciente a migrantes se registró durante esta semana, cuando un grupo de aproximadamente 20 centroamericanos, de los cuales se encontraban hombres y mujeres, quienes fueron agredidos por igual en Chiapas.

Presuntamente, se habría tratado de un asalto, pero los delincuentes no se conformaron solo con robar sus pertenencias, sino también con violar a las mujeres; “esas mujeres ya están marcadas para toda la vida, a veces hay situaciones en las que a ellos les hace desistir de ir a interponer una denuncia penal”, dijo Joel Ireta, encargado pastoral de migrantes de Coatzacoalcos.

Migrante Hondureño narra ataques de delincuencia en Veracruz

Ernesto, un hondureño que llegó a Coatzacoalcos, narró los peligros que se viven a lo largo de la ruta migratoria, principalmente entre los límites de Chiapas y Veracruz.

“Sufrí un asalto a mano armada en el que me quitaron todas las pertenencias, era lo único con lo que venía y me lo arrebataron”, dijo Ernesto al asegurar que como muchos prefiero continuar su camino rumbo a Estados Unidos (EU), antes que pedir apoyo a las autoridades.

Según refirió Ernesto, ahora le tocará pedir ayuda a la ciudadanía mexicana para así conseguir algo de dinero y poder comer e hidratarse.

¿Cómo ha sido el paso de los migrantes por Veracruz? Continúan ataques
¿Cómo ha sido el paso de los migrantes por Veracruz? Continúan ataques
|Reuters

Las narraciones de los migrantes son aterradoras, pues indican que en su búsqueda por una mejor vida son víctimas de asaltos, incluso secuestros, violaciones de mujeres: “porque en este camino viajan muchas mujeres también y esos caminos son inseguros porque es la selva… con armas, machetes eran varios, veníamos varios también”.

En el caso de las mujeres migrantes, la situación es peor, ya que pese a viajar en grupos grandes, los delincuentes las apartan del grupo y dejan a los hombres seguir su caminado, quedando solas a su suerte.

¿La peor parte? La mayoría de estos hechos no sale a la luz pública, porque las víctimas prefieren calar por medio a sufrir represalias de sus agresores, indica la Pastorela de Migrantes.