Migrantes denuncian maltratos en refugios de Brownsville en Texas

Docenas de migrantes que recientemente han llegado a Estados Unidos, se quejan del trato recibido en algunbos de refugios de Brownsville en Texas.

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Por: Arturo Engels

Gran cantidad de migrantes que han ingresado recientemente a Estados Unidos dependen de la ayuda que brindan organizaciones. Pero en ocasiones genera frustración la brecha entre la expectativa de la ayuda y la que reciben. Laura Sepúlveda, corresponsal de la Voz de América, tiene la historia.

Dina Núñez, organizadora comunitaria de Trabajadores Unidos, señala que: “Tenemos 18 años que hemos visto de todo aquí en la frontera y esto fue la crisis humanitaria más fuerte que hemos vivido”.

La califica así tanto por las cantidades de gente que a diario se veían en las calles, a quienes organizaciones sin ánimo de lucro apoyan al darles cobijas, toallas, alimento e incluso facilitarles llegar a su destino.

Javier, un migrante veneziolano señala que: “Nos donó el boleto a Dallas, a 4 personas”. Pero también porque se evidenció la gran brecha entre la expectativa de los migrantes y su realidad.

Dina Núñez, organizadora comunitaria de Trabajadores Unidos, agrega que: “Incluso organizaciones que abusan también de ellos, económicamente los quiere explotar más”.

Y es que varias organizaciones independientes y refugios reciben recursos y donaciones para ayudar a estas poblaciones, pero muchos de ellos dicen que o no les llegan o son significativamente limitadas.

Jorge Riaño, otro de los inmigrantes venezolanos dice que: “Acá en el refugio nos están dando las 3 comidas y son tres días que tenemos para estar acá. Tres días no más, después de los 3 días no sabemos qué hacer si no tenemos plata

Una manilla y una perforación cada vez que reciben alimentos permite monitorear cuánto tiempo llevan hospedados. Por eso, algunos migrantes evitan comer, para garantizar un techo cada noche.

El migrante venezolano Jorge Castillo asegura que: “He pasado tantas cosas que nunca había pasado en mi país que la verdad... ni pa’ contarle”. Por su parte, Miguel Ángel Quintero, dice que: “Apenas me estaba bañando y dijeron que no había comida ni nada y yo me iba a acostar así, porque imagínese, uno es migrante y... ¿si me entiende?, tiene que aguantar uno

Un cupo limitado recibe cada refugio, las puertas se cierran al coparlo, pero a casi media noche, algunos fueron expulsados, al parecer, por no apagar su celular. Al menos 3 camas esa noche, quedaron vacías.

Víctor Manuel Moles, otro migrante de Venezuela dice que: “No sé para dónde ir, no tengo dinero para pagar un hotel [...] Aquí tratan mal a las personas, es un refugio para inmigrantes, pero nos tratan pésimo”.

La Voz de América pidió reacción de Ozanam, uno de los refugios sobre los que migrantes expresaron sus quejas, pero la administradora del lugar rechazó comentar al respecto. Laura Sepulveda, Voz de América,Texas.

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