Niño gana concurso de cuento y dona premio a su escuela desplazada

Un niño de 9 años ganó un concurso de cuento en idioma indígena y dona el premio a su escuela desplazada precisamente por defender la lengua materna

Escrito por: Edgar Galicia
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La escuela de Fausto fue desplazada por defender las lenguas indígenas | Especial

En una comunidad dividida por un conflicto político, en donde la mitad decidió dar la espalda a la enseñanza de sus lenguas originarias, un niño de nueve años les dio una lección, ganando un concurso de cuento en idioma wave, y donando el premio a su escuela desplazada.

Hace unos años, el pueblo de San Mateo del Mar, Oaxaca, se vio dividido por un conflicto social y político.

Se nos desplazó de la escuela, porque los papás y los nuevos maestros no quieren que los niños aprendan en su lengua materna. Manifiestan que no es muy importante, que lo mejor es aprender el español, para que ellos puedan salir y poder comunicarse mejor fuera de la comunidad”.

Así lo recuerda Gloria Bagnesh, madre de familia y habitante de esta comunidad, cabecera del municipio del mismo nombre y ubicada en el Istmo de Tehuantepec.

El conflicto dividió a la comunidad estudiantil: más de la mitad de los alumnos se quedó en la escuela primaria, mientras que cerca de 60 niños tuvieron que conseguir otro lugar para estudiar.

Sus padres buscaron diversos sitios para que los pequeños pudieran recibir clases:

“Nos movimos, buscamos un espacio alterno; hemos estado en varios domicilios, rentando. Incluso estuvimos en un lugar donde no había construcción y tuvimos que adaptar lonas y bajo los árboles”, narra Gloria, cuyo esposo trabaja como chofer en otra comunidad.

El matrimonio tiene cinco hijos de 18, doce, nueve, cinco y dos años. Fausto, el de enmedio, estudia el tercero de primaria.

Los costos de la renta y las necesidades escolares han sido cubiertas por los propios padres de familia.

Actualmente, Fausto Carrasco y sus compañeros toman clases en un terreno con cuatro cuartos y piso de tierra.

Apenas cubre las necesidades básicas, y por supuesto, no tienen biblioteca.

El concurso

Hace unos meses, el Centro de las Artes San Agustín de Oaxaca, lanzó la primera convocatoria del Premio CaSa Infantil de cuento, para preservar las lenguas originarias. Un concurso para niñas y niños de entre 7 y 11 años. El cuento debía ser de una cuartilla, escrito en idioma indígena.

El Premio CaSa de creación literaria, fue impulsado en 2011 por el maestro Francisco Toledo.

El ganador recibiría un paquete de libros con valor de 50 mil pesos, para donarlos a un lugar de su elección, como una blibliteca pública o una casa de cultura; además de una placa conmemorativa con su nombre.

Aunque existía la opción para el ganador de quedarse con el dinero en efectivo.

“Fausto me dijo: mamá vamos apoyar a la escuela”, recuerda Gloria.

El pequeño tomó su lapiz, dibujó a su personaje favorito, el camaleón, y empezó a escribir su cuento en lengua wave.

Niño gana concurso de cuento y dona premio a su escuela

“El camino del camaleón”

El cuento narra la aventura del pequeño camaleón, quien cierto día caminaba con su mamá, pero de pronto se perdió.

Estando solo, la cría se topó con varios animales de la zona: una serpiente, un gavilán y un cocodrilo. El camaleón logró evitarlos gracias a que pudo camuflarse en la vegetación y terreno del lugar.

Después de librar todos estos peligros, por fin pudo reencontrarse con su mamá, a quien le cuestionó por haberlo dejado solo.

La mamá camaleón le respondió como enseñanza, que así es la vida de su especie: debe aprender a estar sólo, a buscar comida y a cuidarse.

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Así son los “salones” donde estudian Fausto y sus compañeros | Especial

Un premio sin lugar...

Un mes después, Gloria recibió una llamada, en la que le notificaron que su hijo era el ganador.

Fausto anunció que quería donar los libros a su comunidad escolar, aunque todavía no tenían un espacio fijo.

“Mi sueño es tener una escuela, donde tenga ahí mi biblioteca, y todos los días poder leer un libro en el recreo”, asegura Fausto.

El problema es que no tenían donde ponerlos, ya que su improvisada escuela no cuenta con un espacio adecuado.

“No tenían local a donde se iban a guardar los libros, entonces me hablaron de que si yo los podía recibir en la Biblioteca Municipal”, recuerda Georgina Cepeda, encargada del recinto.

“Eso fue su corazón, eso fue su decisión. Quizá Dios le va a dar otro mucho mejor”, dice emocionada Teófila Palafox, abuela de Fausto.

“Para mí es interesante que el niño haya donado... a ver si así los niños se enfocan a leer porque vienen puros cuentos interesantes”, agrega Cepeda

La lección a un pueblo dividido

El pequeño recuerda la emoción al enterarse de que su cuento había ganado el concurso:

“Sentí felicidad y quise ponerlos en la escuela, ya que los niños no tienen muchas cosas, los doné para la escuela”, dice Fausto Carrasco.

En total, serán cerca de 500 libros los que donará Fausto a su escuela, gracias a su cuento. Un cuento surgido del amor por preservar sus lenguas, cuyo premio será para una escuela desplazada por defenderlas, en un pueblo dividido porque muchos quisieron sepultarlas.

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Escrito por: Edgar Galicia

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