Elian y el trompo de la esperanza: la lucha contra el cáncer infantil sin medicinas

Cuando Elian hace girar su trompo, todo parece estar en calma. Pero cuando se tambalea, su madre recuerda que su hijo tiene cáncer y que, en México, eso implica una batalla aún más dura: vivir sin los medicamentos necesarios para combatirlo.

Elizabeth Díaz cuenta que todo comenzó en junio de 2024, cuando su hijo empezó a presentar fiebre persistente y sudoraciones nocturnas. El diagnóstico fue devastador: leucemia. Pero el verdadero golpe vino después.

“Elian fue enviado a trasplantes, pero hubo desabasto. Faltaron tres medicamentos en tres ocasiones diferentes. Casi no tuvo tratamiento”, relata su madre.

Aunque el trasplante es su única alternativa, la falta de medicinas lo vuelve casi imposible. Su caso no es único.

En 2018, María del Carmen Vargas vivió lo mismo. Su hija también fue diagnosticada con leucemia. Desde el primer día, enfrentó el desabasto en el IMSS.

“Varias veces nos regresaron porque no había camas o el medicamento que ella requería. Hubo semanas de atraso en su tratamiento”, cuenta.

En 2020, se unió a otras madres y padres en manifestaciones. Exigieron lo que debería ser básico: atención y medicinas. Pero no fue suficiente. Su hija falleció.

“Los niños siguen muriendo por falta de medicamentos. Mi hija pudo haber sobrevivido si hubiera tenido su tratamiento a tiempo”, lamenta.

Durante el sexenio de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), el Fondo de Protección contra Gastos Catastróficos fue recortado en un 97% en 2021, según México Evalúa. Esto impidió pagar casi ocho mil tratamientos de cáncer para personas sin seguridad social.

Alejandro Barbosa, presidente de la asociación Nariz Roja, lo resume así: “En estos siete años se ha afectado gravemente la atención de niños y adultos con cáncer por la falta de medicamentos.”

La Asociación Mexicana de Ayuda a Niños con Cáncer (AMANC) estima que al menos mil 602 menores han muerto por estos recortes, aunque la cifra real podría ser mayor debido a la falta de un registro nacional confiable.

David Gutiérrez, de AMANC, advierte: “No hay un registro unificado que permita saber con certeza cuántos niños han muerto. Dependemos de censos que solo se actualizan cada 10 años.”

Desde 2020, los padres de niños con cáncer han sostenido alrededor de 150 reuniones con autoridades de salud. Han buscado soluciones, han levantado la voz y han intentado todo. Pero las medicinas no llegan. Y, tristemente, sus hijos siguen muriendo.

El trompo de Elian gira, pero su tiempo corre. Y mientras no haya medicamentos, él y muchos otros niños pelean una guerra desigual.