Los perros salvajes africanos se encuentran en grave riesgo al ser invadido su hábitat y estar expuestos a ser cazados por los granjeros, que a menudo los culpan cuando algún otro animal, como leopardos o hienas, mata al ganado, afirma la Fundación Africana de la Naturaleza (African Wildlife Foundation-AWF).
El perro salvaje africano, también llamado a veces perro de caza o perro africano pintado, tiene un pelaje colorido y parchado; orejas grandes con forma de murciélago y una cola espesa con una punta blanca. No hay dos perros salvajes marcados exactamente igual, lo que facilita la identificación de individuos.
El conflicto humano-vida silvestre pone en peligro a esta especie, ya que en toda África, son disparados y envenenados por granjeros que a menudo los culpan cuando un leopardo o una hiena matan al ganado.
Sin embargo, la principal amenaza que enfrenta el perro salvaje es la fragmentación del hábitat, que aumenta el conflicto entre humanos y vida silvestre, y la extinción localizada de pequeñas poblaciones debido a enfermedades epidémicas. Las poblaciones más grandes tienen una mayor probabilidad de recuperación de tales brotes.
A medida que las poblaciones humanas se expanden, lo que lleva a la agricultura, los asentamientos y las carreteras, los perros salvajes pierden los espacios en los que alguna vez pudieron andar libremente.
Las soluciones sugeridas por AWF para proteger al perro salvaje africano incluyen involucrar a las comunidades locales, para lo cual educa a los miembros de la comunidad sobre la protección de su vida silvestre local y los equipa para hacerlo.
Como la mayoría de los depredadores, juegan un papel importante en la eliminación de animales enfermos y débiles, ayudando a mantener el equilibrio natural y mejorar las especies de presas. Enre los grandes carnívoros, los perros salvajes son probablemente los cazadores más eficientes, ya que rara vez escapan sus presas objetivo.