Irresponsables sociales, eso fueron todos los protagonistas y los espectadores del pleito entre un profesor y un estudiante del Instituto Politécnico Nacional.
Cuentan que el profe “Peters” y el alumno apodado “Puños de oro”, ya se traían desde antes de la pandemia. Los dos años de confinamiento y las clases a distancia postergaron el combate, pero ahora que los chavos regresaron a las aulas, se reanimó la función, de hecho, en las redes sociales, se promocionó como “la pelea más esperada del siglo”.
La relación entre los dos se calentó cuando en una sala de chat de “blogspot”, los alumnos de la Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica, del “ESIME” Zacatenco califican a los maestros. Los comentarios fueron muy negativos para el profesor de matemáticas Luis Alfredo López-Lira, “El Peters”: “Es un barco, no deja tarea, no prepara sus clases, cobra por subirte puntos”. Algunos dijeron que 60 pesos por punto. El historial de “blogspot” muestra que hubo una respuesta anónima atribuida al profesor.
Se retaron, quedaron de verse un día después del Día de las Madres, para rompérsela. Miércoles 11 de mayo, a la una de la tarde, en el estacionamiento del edificio 3 de la “ESIME”.
Llegaron puntuales, el “Peters” vestía calzoncillo verde con franjas roja y blanca. “Puños de Oro” escogiÓ un short negro, los dos con playera blanca y a puño limpio.
“Peters” salió corriendo de su esquina. “Puños de Oro” lo recibió en round de sombra. La primera patada la tiró el profesor, ahí empezaron los puñetazos de derecha y de izquierda. Puros volados que solo cortaban el aire.
Llegó el primer abrazo, la función de box se descompuso, los retadores se valieron de todo, rasguños y jalones de cabello, se pegaron poco… más técnico el alumno. Muy primitivo el profesor, pero con muchas ganas, hasta que fue derribado. Ahí, en el suelo tiró patadas bicicleta al puro estilo “Adame”. El tercero sobre la superficie, un hombre uniformado, un bombero, hace un nuevo intento por separarlos, “Puños de Oro” se lleva las manos a la nariz, parece que sangró. El “Peters”, ya cansado y sin fuerza, lanza otra patada.
El tiro acabó después de un minuto entre los gritos de “quiere llorar” por parte del respetable.
Fue un triste minuto que nos demuestra una dolorosa cara social: la irresponsabilidad y aquí caben todos los que estaban ahí.
La responsabilidad social nos obliga a recordar que a golpes no se solucionan las diferencias. El profesor como autoridad debe de entender que tiene otros medios para responder a una acusación tan seria… para limpiar su nombre. Y el alumno debe de saber que la denuncia la tuvo que hacer ante la dirección de la escuela y no en las redes sociales.
Y les decía que todos mal: los estudiantes que estaban de espectadores tuvieron que intervenir en lugar de sacar el celular y grabar. Tuvieron que haber separado al maestro y al alumno. El aplauso se lo lleva el bombero que iba pasando, y que aunque sea de manera tibia, trató de calmarlos, de separarlos. Ojalá que el Instituto Politécnico Nacional haga algo y encuentre la sanción correspondiente para el maestro y para el alumno.
