¿Le temes a las tormentas? ‘Lilapsofobia’, el miedo extremo a los huracanes
En México la ‘lilapsofobia’, el miedo a los huracanes y tormentas, ha aumentado tras el paso el Otis y John, los cuales afectaron gravemente al estado.
La ‘lilapsofobia’, es el miedo intenso a los huracanes y tormentas, un temor que afecta la vida diaria de millones de ciudadanos, haciéndolos sentir vulnerables y en peligro ante este fenómenos meteorológico.
Aunque esta es una de las fobias menos conocidas, algunos psicólogos aseguran que en México este miedo ha aumentado tras el paso del huracán Otis y John, pero ¿cómo se presenta y cómo controlarla?
“Algunas personas sufrimos de estrés y sufrimos una depresión (...) Toda la noche no pude dormir (...) Estábamos esperando el momento que llegara ese fenómeno”, compartió Sofía Villa, habitante de Acapulco, Guerrero, para los micrófonos de Fuerza Informativa Azteca.
¿Cuáles son los síntomas de la ‘lilapsofobia’?
La lilapsofobia, según expertos en la salud mental, puede perjudicar el día a día de millones de personas, especialmente las que viven en zonas propensas a huracanes y tormentas. El temor es tan alto que puede causar un ataque de pánico, pero ¿cuáles son los síntomas?
- Evitan actividades al aire libre o viajes largos por temor a una tormenta
- Revisar constantemente el pronóstico del tiempo o noticias sobre el clima; preocupación excesiva
- Experimentan pesadillas relacionadas con tornados; dificultad para dormir
- Acumulación de productos básicos, incluso si no hay riesgo de tormentas
- Ansiedad intensa ante la posibilidad de un tornado o huracán, incluso en ausencia de peligro real.
La fobia a los huracanes y tormentas también provoca algunas respuestas físicas como:
- Ansiedad
- Ataques de llanto
- Dolor de cabeza
- Tensión muscular
Se recomienda que, en caso de presentar alguno de estos síntomas al pensar o presenciar huracanes y tormentas, se acuda con un profesional de la salud mental.
¿Cómo controlar la ‘Lilapsofobia’?
Entre los tratamientos más comunes para la ‘lilapsofobia’ está la “terapia de exposición”, la cual consiste en exponer gradualmente al paciente a situaciones que desencadenan sus miedos. Comienzan mostrando imágenes de fenómenos naturales y visualización de videos.
Sin embargo, si no estás cómodo con este tipo de terapia, existen otras opciones como la cognitivo-conductual, entre otras.
