En época de frío, es común confundir algún resfriado o gripe intensa con enfermedades más graves como Covid-19 e influenza; sin embargo, hay una tos que se distingue del resto: una que regresa con insistencia, con una fuerza que puede llegar a asustar por sus accesos repentinos que dificultan la respiración, ¿has sentido un malestar similar? El neumólogo Iván Juárez explica qué es la tos paroxística, cuáles son sus síntomas y cómo podemos aliviarla.
¿Qué es la tos paroxística? Un mal que puede durar hasta ocho semanas
De acuerdo con el neumólogo Iván Juárez, la tos paroxística, no es una enfermedad en sí misma, sino un patrón de tos caracterizado por ataques repetidos e intensos de tos seca y violenta que son tan fuertes que pueden llegar a ser agotadores, dolorosos e incluso incapacitantes.
Estos ataques, también conocidos como “accesos” o “quintas” de tos, se distinguen por su inicio súbito, la dificultad para respirar entre uno y otro, y la posibilidad de desencadenar otros síntomas como:
- Vómitos, debido al esfuerzo y la irritación de las vías respiratorias.
- Enrojecimiento facial, por la fuerza de la tos.
- En casos graves, cianosis, que es la coloración azulada de la piel por falta de oxígeno. Esta requiere atención médica inmediata.
¡Tómalo en cuenta! En algunos casos, especialmente en la tos ferina, se puede escuchar un sonido agudo al inhalar después del ataque de tos, conocido como “gallo”, “estridor inspiratorio” o “canto de gallo”. Además, la tos paroxística, especialmente en el contexto de la tos ferina, puede durar hasta 8 semanas debido a la naturaleza de la enfermedad y su ciclo clínico.
¿Cómo aliviar la tos que “no se quita”?
Para aliviar la tos paroxística mientras se trata la causa subyacente, es decir, la enfermedad o condición que está provocando la tos (como una infección, alergia o problema respiratorio), se recomienda descansar, mantenerse hidratado, usar un humidificador, evitar irritantes como el humo, consumir miel (solo en mayores de 1 año), comer en pequeñas porciones y limpiar la nariz con solución salina.
Estos cuidados ayudan a reducir los síntomas mientras se identifica y trata el problema principal. Es importante no automedicarse y consultar al médico si hay dificultad para respirar, fiebre alta, vómitos frecuentes o síntomas graves como dolor en el pecho o tos con sangre.