La Bestia de Tamuín: Así operaba Filiberto Hernández, el catequista asesino de mujeres

Entre 2010 y 2014, Filiberto Hernández Martínez conmocionó a toda la comunidad de la Huasteca Potosina, pues mientras vendía su imagen como un catequista y profesor de karate, se dedicó a la violación y asesinato de al menos seis mujeres, de quienes se declaró culpable y por el que fue apodado como “La Bestia de Tamuín”.

En una nueva edición de La Galera, Salvador Maceda presenta el caso del violador y asesino serial que operó en San Luis Potosí a comienzos de la década pasada, pues en compañía con Paco Guízar, recuerdan cómo el exmilitar mexicano dejó en la sombra del terror a toda una comunidad hasta el día de su captura.

Filiberto Hernández Martínez era un exmilitar, catequista y profesor de karate, quien se convirtió en uno de los asesinos seriales más aterradores de México, pues se le atribuyen al menos seis asesinatos confesos de mujeres y niñas, los cuales ocurrieron entre 2010 y 2014 en la región municipal de Tamuín.

Esta zona pasó de ser un lugar paradisiaco a un lugar de pesadilla para sus 35 mil habitantes tras la aparición de Filiberto Hernández “La Bestia de Tamuín”, quien nació en 1971 en el municipio de Ébano, en San Luis Potosí, donde creció dentro de una familia humilde

Filiberto se mudó a Tamuín desde pequeño, en una casa de madera con techo de cartón dentro de la colonia Luis Donaldo Colosio, en ella habitaban sus 4 hermanos y una hermana; sin embargo, esto de poco importó para que más grande se convirtiera en un feminicida serial.

Para algunas personas que lo conocían, incluso para sus propios padres, la vida de Filiberto cambió justo en el momento de decidir enlistarse en las filas del Ejército Nacional Mexicano a los 17 años de edad.

Luego de abandonar el Ejército, Filiberto parecía ser una persona normal, se había ganado la simpatía de la comunidad al convertirse en maestro de catecismo e impartir clases de karate, una máscara perfecta con la que cuadraba las coartadas de sus asesinatos atroces.

En el 2010 se destapó la serie de crímenes con los que sería considerado como “La Bestia de Tamuín”, pues fueron al menos seis confesiones que enlistamos a continuación:

• Asesinato de Rosa María Sánchez: Desapareció el 29 de octubre de 2010 y a través de 7 huesos hallados en Cañaveral de Puntilla, en San Luis Potosí, fue identificada hasta el 2014.
• Feminicidio de Itzel: Una niña de apenas 12 años, desaparecida en 2013 y encontrada también en el Cañaveral entre Tamuín y Ciudad Valles.
• Violación de Adriana: Contaba con apenas 13 años de edad cuando fue brutalmente asesinada por la Bestia de Tamuín en el 2011. Lo trágico de este caso es que su madre sabía que la niña había sido acosada sexualmente en una recolección de fondos escolar; sin embargo, no tomó acciones al respecto y hoy todos se lamentan.
• Desaparición de Rosa María: Tenía entre 15 y 16 años de edad cuando fue reportada como desaparecida en 2010; sin embargo, sus restos óseos fueron encontrados hasta el 2014 y su identidad no fue confirmada sino hasta el 2017.
• El brutal asesinato de Dulce María: Posiblemente el acto más terrorífico de la Bestia fue el de Dulce Maria, su vecina de 9 años, de quien en abril de 2014 confesó haberla estrangulado, violado y abandonado en un campo cerca del cañaveral.

Filiberto Hernández admitió ante la autoridad la muerte de una mujer de 32 años, Eliehoenai Chávez Rivera, quien fuera su primera víctima y que fue asesinada por no querer mantener una relación sentimental con él. Eliehoenai fue secuestrada tras salir de su jordana laboral en una fábrica y posteriormente asesinada.

Filiberto Hernández fue capturado el 4 de julio de 2014 por la Policía Ministerial por el delito de portación de arma de fuego. Lograron aprehenderlo por las investigaciones privadas realizadas por familiares de su última víctima.

“La Bestia de Tamuín” estuvo a punto de ser liberado en 2016 por un juez en Ciudad Valles por una equivocación en el proceso judicial en uno de los casos y quien emitió orden de liberación; sin embargo, familiares de las víctimas y grupos de derechos humanos de la CDMX presionaron para que permaneciera en prisión.

Actualmente, se refiere que La Bestia se encuentra recluido en el CEFERESO de Gómez Palcio Durango, sin que haya sido condenado aún por ninguno de los asesinatos cometidos.

A 10 años de su detención, el legado de terror sigue presente en la Huasteca Potosina y hay quienes dicen que su nombre solo es susurrado por los habitantes de Tamuín, tan solo por el temor de que al decir en alto su nombre se despierte La Bestia.