Carlos Antonio Santamaría llegó con un pantalón y playera negra, sudadera gris, cuaderno y lápiz bajo el brazo a su primer día de clases para cursar la licenciatura en Física Biomédica en la UNAM.
Con sólo 12 años caminó por los pasillos de la Máxima Casa de Estudios y se sentó al lado de sus compañeros, entre quienes algunos ya son mayores de edad.
Pese a ser uno de los niños más conocidos en el país, él llegó como muchos lleno de emoción y con gran entusiasmo para comenzar a aprender.
Cursó diplomados y algunas materias, e hizo prácticas por separado en la Facultad de Química (FQ), en el Centro de Ciencias Genómicas (CCG) y en el Instituto de Investigaciones en Materiales (IIM).
La UNAM conoció a Carlos en 2015, a punto de cumplir nueve años de edad, cuando se aventuró, cursó y concluyó módulos en dos diplomados: uno sobre química analítica; y otro en bioquímica y biología molecular para la industria farmacéutica, que imparte la FQ.