Los cambios en los patrones de sueño son parte del proceso normal del envejecimiento y el insomnio puede estar asociado a enfermedades crónicas o reacciones a fármacos que pocas veces son atenidas y debido a eso tienden a empeorar, señaló el Instituto Nacional de Geriatría (INGER).
El insomnio es más común después de los 70 años, pues la prevalencia incrementa 23 por ciento en hombres y 25 en mujeres, en tanto que en personas mayores de 80 años es de 23 y 41 por ciento, respectivamente.
El Instituto explicó que su detección puede ser complicada debido a que el envejecimiento se acompaña de cambios que producen mayor susceptibilidad a enfermedades crónicas que contribuyen a la aparición del insomnio.
“Por lo tanto, el insomnio en personas mayores se debe estudiar como un síntoma asociado a una enfermedad que deberá investigarse antes de otorgar un tratamiento sintomático por lo que se recomienda que la familia y los médicos realicen una historia detallada para identificar fármacos que lo desencadenen”, detalló.
El ruido, la luz, las temperaturas extremas o una cama no confortable, apuntó el INGER, suelen ser causas que también desencadenen el insomnio en adultos mayores, así como los cambios en el estilo de vida como la jubilación, la producción de melatonina y la reducción de la actividad física.
Existen tratamientos no farmacológicos que han demostrado efectividad como las terapias psicológicas y conductuales (control de estímulos, restricción del sueño, entrenamiento en relajación y terapia de luz ), las cuales han obtenido resultados positivos que desafían la creencia de que las personas mayores no pueden cambiar sus hábitos disfuncionales, explicó.