Algunos piensan que se trata de una tontería pero otros aseguran que realmente pueden oler cuando viene la lluvia y parece haber evidencia de esto. Aparentemente, no todo el mundo tiene la capacidad de detectar por vía nasal cuando el mal tiempo (la lluvia) se aproxima, ¿hay algún estudio científico que lo respalde? ¿mito o realidad?
La afirmación acerca de oler cuando viene la lluvia, parece dividir opiniones entre la gente. Solo basta con echar un vistazo en las redes sociales para mostrar que algunas personas son inflexibles acerca de su capacidad para predecir la lluvia con la nariz, sin embargo hay muchos otros que se muestran super escépticos. Puedes creerlo o no, pero hay algunas pruebas que respaldan estas afirmaciones. De hecho, hay algunos factores que contribuyen a que la lluvia se pueda oler antes de su llegada y el más importante tiene mucho que ver con el petricor.
¿Qué es el petricor y la geosmina?
La palabra petricor proviene del griego “petros”, que significa piedra, y “icor”, el fluido que corría por las venas de los antiguos dioses. Se refiere a ese aroma familiar y extrañamente satisfactorio que libera el suelo después de una fuerte lluvia, especialmente después de un largo período de sequía. Este término fue acuñado por primera vez en el año de 1964 por los mineralogistas, Isabel Joy Bear y Richard Thomas.
Para muchas personas en el mundo, el petricor se encuentra entre sus olores favoritos, pero hasta hace relativamente poco nadie estaba seguro de por qué lo encontramos tan agradable. Posteriormente, en el año 2020, un equipo de científicos descubrió que el olor también es particularmente atractivo para otros animales. La razón de esto es que una bacteria común del suelo, Streptomyces, produce un compuesto llamado geosmina y de hecho es el olor de la geosmina lo que realmente nos atrae.
That pleasant, rock smell of rain, known as petrichor, is caused by the release of specific chemicals when the rain reaches the ground that is why you feel happy when you smell wet rocks 🪨. pic.twitter.com/pODF9SPSlV
— Tudor for architecture🇬🇧 (@ArchitectureTud) June 27, 2023
La nariz humana puede detectar pequeñas cantidades de geosmina
La nariz humana es tan buena para detectar pequeñas cantidades de este compuesto que supera la capacidad de los tiburones para oler la sangre en el agua. La bacteria Streptomyces produce geosmina para atraer a las criaturas, en su mayoría insectos y otros invertebrados, sin embargo también puede atraer animales más grandes, que se cubren con sus esporas y luego las dispersan a distancias más amplias.
Entonces, cuando llueve, como demostraron los investigadores en el año 2015, las gotas de agua impactan contra una superficie y luego se aplanan, lo que atrapa bolsas de aire en los poros del suelo. Posteriormente estos bolsillos salen del agua y se convierten esencialmente en pequeños aerosoles. En este proceso, toman rastros de materia que haya en el suelo con ellos, lo que incluye geosmin, que luego puede ser azotado por el aire y transportado a grandes distancias, incluso millas por delante de las propias nubes de lluvia.
Es probable que sean estas partículas, las que son detectadas por las personas cuando huelen la lluvia en el horizonte. Este fenómeno también puede explicar por qué se han encontrado bacterias en la atmósfera, ya que los pequeños microorganismos son arrastrados por el viento.
I'm living for this...😍🤌
— a guy with A CUP OF TEA..☕ (@Niks_here_) July 1, 2023
Petrichor 🥳 pic.twitter.com/YaU7lEnM6x
El Ozono es otro de los factores que que contribuye a oler cuando se acerca la lluvia
Otro de los factores que contribuye a oler cuando viene la lluvia, es la presencia de ozono en el viento. Este químico en particular tiene un aroma más dulce que el olor ligeramente más terroso asociado con el petricor
En este caso, el ozono está formado por tres átomos de oxígeno y su nombre deriva de la palabra griega ozein, que significa “oler”. Es un gas natural, pero también puede ser producido por fertilizantes artificiales u otros contaminantes. Puede estar hecho de una carga eléctrica, ya sea un rayo o una fuente artificial, que separa el nitrógeno en la atmósfera de las moléculas de oxígeno. Algunas de estas moléculas se recombinan para formar óxido nítrico, que en ocasiones puede convertirse en ozono, después de reaccionar con otras sustancias químicas en la atmósfera.
De hecho, el olor a ozono en el aire puede indicar que se acerca una fuerte lluvia, ya que una corriente descendente de la tormenta envía ozono al nivel del suelo donde puede ser detectado por los humanos.
Después de toda esta explicación, desde Fuerza Informativa Azteca te podemos recomendar que para la próxima vez que salgas de casa en un día fresco y tu nariz huela a algo húmedo e intrigante en el viento, es hora de que tomes el paraguas, por si las dudas.