Senado de Texas busca presionar a con México el Tratado de Aguas

Agricultores texanos piden más agua, mientras Texas busca vincular el tratado de 1944 a los aranceles que el presidente Donald Trump planea en abril.

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Por: Laura Sepúlveda - Jennifer García

Las tensiones entre Estados Unidos y México en materia comercial han tomado un nuevo giro, luego de que el Senado de Texas solicitara al gobierno federal incluir el tratado de aguas de 1944 como un factor clave en la negociación de los nuevos aranceles que la administración de Donald Trump planea imponer en abril.

El senador republicano Charles Perry propuso utilizar el flujo de agua del Río Bravo (Río Grande en EU) como un elemento de presión en la relación bilateral, señalando que condicionar el comercio a la entrega de agua podría beneficiar a los agricultores del Valle de Texas, quienes han enfrentado serias dificultades por la sequía.

“Si la administración está entusiasmada con los aranceles, sería bueno incluir la liberación de agua bajo el tratado de 1944 en la negociación de esas tarifas para dar algo de alivio al valle, porque eso realmente parece ser lo que más les llama la atención”, declaró Perry.

Crisis de agua en Texas: ¿Es México responsable?

Durante una audiencia en el Senado texano, agricultores y expertos en recursos hídricos señalaron que la escasez de agua ha afectado la producción agrícola en la región. Brian Jones, un agricultor que depende del Río Bravo, explicó que la falta de recursos hídricos lo ha obligado a reducir su producción.

“Aunque llueva, probablemente solo recibimos agua que México no puede captar... Por tercer año consecutivo, solo estoy planeando la mitad de mi finca debido a la muy limitada cantidad de agua de riego”, afirmó.

Sin embargo, especialistas destacan que la sequía y la sobreexplotación del recurso afectan a ambos lados de la frontera. Rosario Sánchez, del Instituto de Recursos Hídricos de Texas, explicó que el tratado establece volúmenes fijos de entrega de agua, pero que la realidad de la cuenca ya no permite cumplir con esos compromisos.

“La disponibilidad y la voluntad de cumplimiento existen, pero el problema es que los volúmenes de agua estipulados en el tratado son fijos, y la cuenca está sobreasignada... Por más que México quiera cumplir, simplemente no existe esa cantidad de agua”, señaló Sánchez.

México mantiene su postura y evalúa medidas de reciprocidad

Hasta el momento, el gobierno de México no ha emitido una respuesta oficial a la solicitud del Senado texano, pero ha dejado claro que las negociaciones sobre los aranceles de Trump continúan.

La presidenta Claudia Sheinbaum declaró que México esperará a la reunión del 2 de abril para determinar su curso de acción.

“Vamos a esperar cómo viene el 2 de abril para ver si nosotros también tenemos que tomar algunas acciones dentro del mismo marco de reciprocidad”, señaló Sheinbaum.

El tratado de 1944 no contempla sanciones en caso de incumplimiento, lo que deja a Texas con pocas herramientas legales para obligar a México a entregar más agua. No obstante, si la Casa Blanca decide utilizar este tema como presión en las negociaciones comerciales, la relación bilateral podría volverse aún más tensa.

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