Wendy no piensa cargar con un bulto toda su vida, pues el papá de sus hijos pasa sus días postrado en una cama por andar de borracho. Wendy asegura que le dio sus mejores años a su marido, quien no la valoró y la humilló. Brenda asegura que su mamá se lava las manos para dejarles la carga de su padre a ella y a su hermano; si su mamá se va, está dispuesta denunciarla. La suegra de Wendy revela que su hijo siempre ha procurado a Wendy, pero ahora ella lo trata como a un perro pues no puede valerse por sí solo.