Pasa lo de siempre: te pones perfume, sales oliendo delicioso y... antes del medio día ya ni rastro del aroma. Lo peor es cuando usaste tu fragancia favorita en ciertos lugares y sientes que se evaporó por arte de magia. Pero no es cuestión de suerte ni de cuánto parfum aplicar.
El truco real está en saber dónde aplicarlo, y según los expertos, hay dos zonas clave que hacen toda la diferencia.
¿Dónde conviene aplicar el perfume para que dure más?
Lo que recomiendan dermatólogos y especialistas en cosmética es súper sencillo: los puntos de calor. Así se le llama a las partes del cuerpo donde la piel es más delgada y la sangre corre cerca de la superficie.
El cuello, las muñecas, detrás de las orejas, la parte interna del codo... justo ahí. Esas zonas generan calor natural, y eso ayuda a que el perfume se “active” y dure muchísimo más.
Además, como se mueven constantemente, también ayudan a que la fragancia se difunda mejor. Eso sí, importantísimo: nada de frotar el perfume, ni en las muñecas ni en ningún lado. Aunque parezca inofensivo, ese gesto rompe las notas olfativas y arruina la duración.
¿Funciona aplicarlo en la ropa para que huela más?
Sí, y la verdad es que es un gran truco si se hace bien. Según Healthline, la ropa puede retener el aroma por más tiempo, porque las fibras textiles lo absorben y lo van soltando a lo largo del día. Es como un refuerzo invisible.
¿La clave? No rociarlo directo sobre telas delicadas o claras (porque podría manchar), y siempre hacerlo a cierta distancia. Incluso se puede probar primero en una parte que no se vea tanto, por si acaso.
¿Y qué onda con el cabello? ¿También sirve?
También, pero con moderación. El cuero cabelludo emite calor igual que otras zonas del cuerpo, así que el perfume puede durar más si se aplica un poco ahí. Pero como la mayoría de los perfumes tienen alcohol, Healthline recomienda no hacerlo seguido (porque reseca el pelo).
Lo ideal es usar sprays diseñados para el cabello, como los famosos hair mists, que huelen rico y no dañan.
Oler rico todo el día no depende de cuántas veces aplicas perfume, sino de en qué lugar lo usas. Con solo cambiar el “dónde”, puedes hacer que cualquier esencia —por sencilla que sea— se quede contigo hasta la noche.
