Te prometemos que apenas llegas al Pueblo Mágico de Todos Santos en Baja California Sur, sientes algo distinto. Caminas por calles empedradas y el aroma a pan recién horneado de los cafés se mezcla con la brisa del mar. Las bugambilias rosas saltan a la vista y, de repente, piensas: “wow, este lugar tiene su propio ritmo”.
¿Dónde está Todos Santos y cómo llegar?
Está a más o menos una hora y media de Cabo San Lucas y unos 80 km de La Paz. El camino ya es parte del encanto: dunas, cactus gigantes, el Pacífico a la derecha… cada curva es un pequeño “guau”. La Secretaría de Turismo lo nombró Pueblo Mágico en 2006, pero créenos, aún conserva esa sensación de lugar secreto que no quieres que nadie arruine.

¿Qué hace a Todos Santos un Pueblo Mágico tan especial?
Lo primero que notas son las casitas antiguas y los estudios de arte que se esconden en cada rincón. No es sólo bonito; es auténtico. Caminas y cada pared, cada tienda, parece tener su historia.
Hace décadas, pintores, músicos y escritores comenzaron a instalarse en Todos Santos, y ahora sus huellas están en cada galería y café con música en vivo. Además, de acuerdo con los lugareños y turistas, mirar las vitrinas de la calle Centenario y ver todo el arte local te hace sonreír (o suspirar) sin querer.

¿Qué se puede hacer en Todos Santos?
Un consejo: camina despacio. Piérdete, mira los detalles, habla con la gente. Es así como Todos Santos te atrapa:
- Surfear en Cerritos o San Pedrito. Las olas son largas y suaves, perfectas para principiantes… aunque los expertos también las aman.
- Explorar galerías y talleres: siempre hay alguien dispuesto a contarte su historia.
- Visitar la misión del siglo XVIII. Caminar ahí te transporta en el tiempo.
- Tomar café frente al mar. No exageramos si decimos que sentarse allí al atardecer se siente como una mini meditación.
¿Por qué todos quieren volver a Todos Santos?
No es solo un destino turístico. Es un lugar que se siente en los sentidos: la brisa, los colores del atardecer, la música que surge de los bares, la gente que te sonríe. Uno se va con ganas de regresar, porque no es solo un sitio: Todos Santos es una experiencia que queda en la memoria y en el corazón.