Tener un estilo fresco y moderno puede resultar un desafío tras cumplir los 40 años; sin embargo, no es algo inalcanzable. Los estilistas advierten que es sencillo cometer errores que afecten negativamente nuestra imagen, por lo que ofrecen varias sugerencias para elegir un tinte, renovar el color del cabello y ajustarlo a las transformaciones que experimenta la piel con el tiempo.

Errores al elegir tinte que te agregan años
Juan Diego Teo, Hair Designer y embajador de Redken España, explicó en la página Women’s Health que el gran error es no hacer previamente un análisis del color del cabello y cuáles son sus variables más convenientes. Si previamente no hay ayuda de un profesional es probable que optemos por tonos poco adecuados que en vez de quitarnos años, hacen el efecto contrario.
“Es un error no hacer un diagnóstico previo con un profesional y un estudio de colorimetría para saber qué tono o reflejo nos favorece más, o si nuestro cabello va a sufrir demasiado con la nueva coloración”, indicó el profesional y resaltó la importancia de confiar en quienes saben sobre este tema. Sin embargo, este no es el único inconveniente.
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Otros errores a la hora de cambiar el color de cabello
Entender qué puede ser mejor para nuestro estilo es clave para un look rejuvenecedor después de los 40. Al mismo tiempo, se debe evitar:
- Optar por colores muy oscuros, como negros o castaños oscuros, que tienden a endurecer las facciones y a destacar las líneas de expresión y manchas en la piel, haciendo que el rostro luzca más envejecido. Estos tonos oscuros también ocultan mal las raíces de otro color y pueden dar un aspecto más duro y apagado.
- Elegir tintes rubios cenizos o muy fríos, que pueden asemejarse demasiado al color de las canas y dar un efecto apagado y envejecido. Los tonos cenizos tienden a quitar calidez y brillo al rostro.
- Usar colores fantasía en tonos fríos intensos (como azul oscuro o violeta intenso), que pueden endurecer el semblante y no favorecer la frescura del rostro. En cambio, los tonos pastel pueden aportar un brillo suave y rejuvenecedor.
- Mantener el mismo color de tinte de la juventud sin considerar los cambios en el tono y matiz de la piel con el paso del tiempo. La piel cambia por la genética, la exposición solar y el envejecimiento, por lo que el color del cabello debe adaptarse para resaltar lo mejor del rostro y suavizar líneas de expresión.
- Usar un tinte monocromático sin iluminaciones o mechas, ya que un color uniforme y plano puede dar un aspecto apagado y artificial que suma años.