Según una proyección de la inteligencia artificial (IA), la capital del país podría transformarse de una manera que hoy suena a película futurista: en la Ciudad de México (CDMX) podría haber rascacielos llenos de vegetación, transporte sin conductores, ciclovías flotantes y una vida urbana que intentaría llevarse bien con el planeta.
Aunque parezca exagerado, los modelos generados por la IA de ChatGPT nos dan un vistazo a un posible futuro donde la tecnología y la sustentabilidad son protagonistas.
¿Cómo sería la Ciudad de México en 50 años, según la IA?
En las simulaciones más recientes de la herramienta de inteligencia artificial, se ve una ciudad de México completamente distinta a la que conocemos. Techos verdes, fachadas con plantas, edificios inteligentes que se “cuidan solos” y corredores naturales atravesando avenidas como Insurgentes.
Todo está diseñado para bajar el calor, reducir la contaminación y enfrentar el caos que trae el crecimiento poblacional. La ciudad seguiría siendo enorme, sí, pero con más rincones verdes y respirables.
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Por otra parte, la IA muestra un futuro donde ya no hay choferes: los autos se manejan solos, los trenes flotan por encima de las calles y hasta hay drones que entregan el súper.
También hay ciclovías en el aire (sí, literalmente elevadas), para conectar zonas lejanas sin bajarse de la bici. Todo esto, con sensores por todas partes que ayudan a evitar tráfico, accidentes o desperdicio de energía.
En cuanto a las viviendas, el ChatGPT indica que, dentro de 50 años, cada casa de la CDMX tendría su propio sistema de captación de agua, paneles solares y manejo automatizado de residuos. Además, los espacios públicos estarían diseñados para resistir climas extremos, con materiales inteligentes que regulan la temperatura.
Detrás de Cámaras: Encuéntrame al final del camino
La idea es que la capital mexicana del futuro no solo sobreviva al cambio climático, sino que se adapte y florezca con él. Una ciudad verde y sustentable mejora la calidad del aire, reduce el calor urbano, ahorra energía y promueve una vida más saludable. Además, crea espacios públicos más agradables y fomenta la movilidad limpia.
