Este 8 de diciembre se anunció la lamentable pérdida del comediante Jesús Alberto González, mejor conocido como “Cometa Show” , siempre será recordado por su chispa, humor cotidiano y cercanía con el público que lo convirtieron como un referente del stand-up en Monterrey.
¿Quién era el comediante Jesús Alberto González?
Originario de Monterrey, Nuevo León, Jesús Alberto González y al ser hijo del conocido comediante Chis Chas, conoció desde muy joven el ambiente del espectáculo, lo que influyó en su vocación artística.
Durante su carrera, Jesús desarrolló el nombre de “Cometa Show” el cual ocupaba para realizar su comedia stand-up y espectáculos de humor, mayormente en la región norte de México en en bares, foros, teatros y festivales.
Con su estilo directo, coloquial y basado en historias de vida cotidiana, relaciones, familia, anécdotas del día a día, supo conectar con un público.
Su importancia en la comedia regiomontana
Al ser hijo de “Chis Chas”, “El Cometa” creció entre escenarios y conociendo la dinámica del show business desde pequeño supo desarrollar su estilo propio.
Una de las razones por las que llenaba el escenario es porque su comedia se caracterizaba por retratar con honestidad y humor la vida diaria: relaciones, familia, vivencias comunes. Ese enfoque logró crear una identidad de comedia auténtica, que dialogaba con la realidad de mucha gente de Monterrey y alrededores.
Tanto Jesús como su personaje “El Cometa Show”, contribuyeron a mantener viva la escena del humor alternativo, así como a dar visibilidad a comediantes emergentes, todo gracias a su participación constante en bares, foros, espectáculos colectivos como el show “Zona de Desmadre” y noches de stand-up.
Su disposición para compartir escenario con colegas y apoyar a nuevos talentos le dio un papel de puente generacional: no solo representaba el humor regio tradicional, sino también una forma de renovarlo desde adentro.
Tras su muerte, la comunidad artística y su público lo despidió con mensajes de admiración y gratitud; muchos coincidieron en que su “luz y risa” dejaron una huella imborrable.
