A Oliver le salió una hija de cuatro años y, aunque él sabe que la niña no tiene la culpa, no le compra el cuento a Dulce de que él es el padre. Si la mamá de su supuesta hija está tan segura de su paternidad, Oliver pide que lo denuncie para que las autoridades determinen si es o no el padre de la criatura. Oliver asegura que ese chistecito no es suyo.