¿Quién no ha experimentado esa punzada de duda al salir de casa, preguntándose si cerró bien la puerta? A menudo, esta incertidumbre nos lleva a regresar para comprobarlo una, dos o incluso más veces. Si bien para algunos es un hábito ocasional, para otros puede ser una señal de algo más profundo. En esta ocasión, exploraremos que dice la psicología detrás de esta compulsión común y cómo se relaciona con trastornos como el Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC).
¿Por qué revisamos varias veces si cerramos la puerta, según la psicología?
La necesidad de verificar repetidamente si hemos realizado una acción, como cerrar la puerta, puede estar arraigada en un miedo profundo a perder el control. Este temor, a su vez, puede estar relacionado con una variedad de trastornos de ansiedad.
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Imagina a alguien que da vueltas alrededor de su casa, revisando cada puerta y ventana múltiples veces. Este comportamiento, que puede parecer exagerado, es un ejemplo de cómo la ansiedad puede manifestarse en la vida cotidiana. La persona que lo experimenta puede sentir una intensa necesidad de asegurarse de que todo esté en su lugar y que nada malo pueda suceder. Esta obsesión por el control es una característica clave del TOC.
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¿Qué dice la ciencia al respecto?
Un estudio reciente llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Concordia en Montreal arrojó luz sobre la conexión entre el miedo a perder el control y los comportamientos compulsivos. Los participantes que creían tener un menor control sobre sus pensamientos y acciones mostraron una mayor tendencia a involucrarse en comportamientos de verificación.
Estos hallazgos sugieren que nuestras creencias sobre nuestra capacidad para controlar nuestro entorno pueden tener un impacto significativo en nuestro comportamiento. Cuando creemos que estamos a merced de fuerzas externas, es más probable que desarrollemos comportamientos destinados a restaurar nuestro sentido de control.
Implicaciones para la salud mental
La compulsión de revisar la puerta es solo un ejemplo de cómo el miedo a perder el control puede manifestarse. Este tipo de comportamiento puede estar presente en una variedad de trastornos de ansiedad, incluyendo el trastorno de pánico, la fobia social y el trastorno de estrés postraumático.
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Es importante comprender las raíces psicológicas de estas compulsiones para abordarlas de manera efectiva. A través de terapias, como la terapia cognitivo-conductual, las personas pueden aprender a desafiar sus pensamientos irracionales y desarrollar estrategias para reducir la ansiedad.