¿Cómo es el agujero negro apodado “gigante durmiente” que los astrónomos detectaron a 2,000 años luz de la Tierra?

El enigma de un colosal agujero negro, conocido como el “gigante durmiente”, hallado a 2,000 años luz de distancia de la Tierra y bautizado como Gaia BH3.

Por: Bahiana Cuesta | DigitalRoom
Agujero negro
Crédito: Shutterstock

En un emocionante desarrollo en el ámbito de la astronomía, un equipo internacional de investigadores ha hecho un descubrimiento monumental: un agujero negro masivo, apodado “gigante durmiente”, ubicado a unos asombrosos 2,000 años luz de distancia de nuestro planeta. Este colosal agujero negro, denominado oficialmente Gaia BH3 en referencia al telescopio espacial Gaia de la Agencia Espacial Europea (ESA), ha capturado la imaginación de la comunidad científica y del público en general debido a sus características únicas y su fascinante nombre.

¿Qué hace que este agujero negro sea tan especial? En primer lugar, su tamaño impresionante. Con una masa equivalente a aproximadamente 100,000 veces la del Sol, se clasifica como uno de los agujeros negros más masivos jamás descubiertos en nuestra galaxia. La metáfora por su apodo sugiere su inmensa presencia y su relativa tranquilidad en comparación con otros agujeros negros activos.

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El descubrimiento del espectáculo cósmico denominado “gigante durmiente”

Los astrónomos se toparon con el agujero negro mientras analizaban detenidamente las observaciones obtenidas por el telescopio espacial Gaia de la ESA, en preparación para una próxima entrega de datos a la comunidad científica. A pesar de no tener grandes expectativas, un movimiento singular, originado por la influencia gravitacional de Gaia BH3 sobre un objeto cercano, atrajo su atención.

Muchos agujeros negros “inactivos” son difíciles de detectar, ya que no tienen una estrella compañera lo suficientemente cercana como para interactuar, lo que significa que no emiten luz. Sin embargo, algunos extraen material de sus compañeras, liberando rayos X detectables por telescopios. El movimiento de una antigua estrella gigante en la constelación de Aquila reveló que estaba en una órbita con un agujero negro inactivo, siendo el tercero detectado por Gaia.

Para confirmar la masa de Gaia BH3, los investigadores utilizaron el Very Large Telescope del Observatorio Europeo Austral y otros observatorios. Este estudio también proporcionó nuevas pistas sobre la formación de estos agujeros negros masivos. Los resultados se publicaron en la revista Astronomy & Astrophysics el martes. El autor principal del estudio, Pasquale Panuzzo, expresó su sorpresa ante el hallazgo, señalando que descubrir un agujero negro de esta magnitud sin previo aviso es un acontecimiento único en la vida.

¿Cómo se originó este agujero negro apodado “gigante durmiente”?

Los científicos plantean la teoría de que los agujeros negros estelares con masas similares a la de Gaia BH3 se originaron a partir del colapso de estrellas con baja concentración de elementos pesados, como metales. Estas estrellas, compuestas principalmente de hidrógeno y helio, pierden menos masa durante su vida, acumulando así más material que puede dar lugar a la formación de agujeros negros de gran tamaño.

Hasta el descubrimiento de este fenómeno, los astrónomos carecían de evidencia directa que relacionara los agujeros negros de gran masa con estrellas pobres en metales. El estudio reveló que las estrellas compañeras tienden a tener una composición química similar. De acuerdo con las expectativas, la estrella en órbita alrededor demostraba una baja concentración de metales, lo que sugiere que la progenitora de Gaia BH3 también lo era.

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La estrella que acompaña al agujero negro probablemente se formó dentro de los primeros 2,000 millones de años después del Big Bang. Su trayectoria, en dirección opuesta a muchas estrellas del disco galáctico, indica que pudo haber sido parte de una galaxia más pequeña que se fusionó con la Vía Láctea hace más de 8,000 millones de años.

Los investigadores esperan que este descubrimiento permita a otros astrónomos profundizar en el estudio del agujero negro y desentrañar más secretos, sin tener que esperar a la publicación completa de los datos de Gaia, programada para finales del 2025.

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