La escena gastronómica de California estaba a punto de experimentar un cambio significativo en este mes de julio a raíz de una ley aprobada en el 2023 que buscaba eliminar las "tarifas basura" en los restaurantes. Esta legislación pretendía garantizar que los consumidores supieran exactamente lo que pagaban antes de realizar un pedido. Sin embargo, una decisión de último momento de Gavin Newsom, gobernador demócrata del Estado Dorado, revirtió este panorama.
El sábado por la noche, Newsom firmó una ley de emergencia que exime a los restaurantes de cumplir con la nueva regulación. Esto significa que los recargos, que a menudo aparecen como costos adicionales en las cuentas, podrán seguir existiendo. Como era de esperar, esta postura desató la polémica.
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La controversia de los recargos en California
Los recargos en los restaurantes han sido una fuente constante de frustración para muchos californianos. La ley original, apoyada por el senador estatal Bill Dodd, buscaba garantizar que los clientes conocieran los precios reales de los menús antes de hacer un pedido.
Dodd afirmó que esta transparencia no solo beneficiaría a los consumidores, sino que también apoyaría a los trabajadores. Esto debido a que muchos restaurantes han adoptado modelos de cobro por servicio que permiten una remuneración más equitativa y ayudan a financiar beneficios adicionales para el personal.
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Por el momento, se desconoce si la decisión de Newsom de dar marcha atrás en el proyecto será definitiva, o si finalmente entrará en vigor en un futuro cercano. Si bien no se informó de manera oficial, el motivo detrás de la medida estaría ligada a las amenazas de los restaurantes de disparar desmedidamente sus precios a raíz de este tema.
La respuesta de la industria gastronómica a la medida en California
La Asociación de Restaurantes de California (CRA, por sus siglas en inglés) se opuso rotundamente a la ley desde su aprobación inicial. Su principal argumento está vinculado a que los artículos del menú no deberían clasificarse como "bienes" ni "servicios" bajo el código civil de California.
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En San Diego, los restaurantes están adaptando sus estrategias a la nueva realidad. Existen establecimientos donde no se implementan recargos, aunque sí se incluye propina para grupos grandes. Ahora, estos sitios deben decidir si mantener el menú antiguo o actualizarlo ante el freno que recibió la ley estatal.
