El reloj del fin del mundo, conocido en inglés como Doomsday Clock, es una herramienta simbólica creada en 1947 por el Boletín de Científicos Atómicos de la Universidad de Chicago. Como su nombre lo indica, y aunque pueda parecer algo sacado de una distopía, este artefacto representa la proximidad del fin de la humanidad, con la medianoche simbolizando el apocalipsis.
Cada año, un grupo de expertos evalúa diversos factores de riesgo, como la proliferación nuclear, el cambio climático y las amenazas tecnológicas, con el fin de ajustar las manecillas. Aunque no es un pronóstico literal, sino una metáfora del riesgo mundial, refleja la percepción de la comunidad científica sobre los peligros inminentes a los que nos enfrentamos.
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¿Qué hora es en el reloj del fin del mundo?
En estos momentos, el reloj se sitúa a 90 segundos de la medianoche, lo que representa la cifra más cercana a la catástrofe que se ha registrado desde su creación. Esta alarmante proximidad se mantiene desde el año pasado, cuando se realizó el ajuste en respuesta a una serie de amenazas globales.
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La medida refleja la preocupación por el creciente riesgo de conflictos nucleares, las tensiones internacionales y los efectos del cambio climático, que se intensificaron en el último tiempo. La guerra entre Rusia y Ucrania, el conflicto en Gaza y otras complejas situaciones como estas ayudaron a que el reloj se acerque a su punto más crítico.
¿Cuándo va a ser el día del fin del mundo?
Si bien el Doomsday Clock no predice una fecha concreta para el apocalipsis, su acercamiento a la medianoche refleja que el tiempo para actuar es cada vez más limitado. El ajuste a 90 segundos siembra una preocupación creciente por los factores globales previamente mencionados.
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El reloj del fin del mundo es, en última instancia, una llamada de atención. Sirve para recordarle a la humanidad que, aunque no haya calculada una fecha exacta para nuestro último día, la velocidad en la que avanzamos es crítica.
