¿Un pueblo con tres residentes? Es posible y existe en Texas. Se trata de Luckenbach, un poblado que tiene solo dos edificios y uno de ellos es un salón de baile. Además, se encuentra a una hora en auto al oeste de Austin. Y aunque tiene pocos habitantes, recibe un flujo constante de visitantes curiosos que desean ver el lugar que los cantantes de country Waylon Jennings y Willie Nelson romantizaron en su exitosa canción de los años 70.
Esta pequeña aldea montañosa donde “todo el mundo es alguien”, según se detalla en su página web oficial, se estableció como puesto comercial en 1849, lo que lo convierte en uno de los asentamientos más antiguos del condado de Gillespie. La oficina de correos/tienda general/cervecería fue inaugurada en 1886 por August Engel, un predicador itinerante de Alemania, cuya hija Minna eligió el nombre Luckenbach en honor a su prometido, Albert Luckenbach, de familia alemana.
Se conoce que el trading post atendía tanto a los agricultores pioneros como a los indios comanches. En 1879 se construyó una desmotadora de algodón a vapor en las orillas de Grape Creek, que funcionó con distintos grados de éxito hasta que finalmente cerró en 1929. En 1885, la comunidad contaba con una herrería y una escuela consolidada.
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En 1970, Luckenbach, que permaneció todo ese tiempo en manos de la familia Engel, quedó eclipsada. Benno Engel se jubiló como administrador de correos y colocó un anuncio en el periódico local: “Ciudad en venta: cerradura, stock y salón de baile”. Entonces comenzó la segunda vida del pueblo, que fue adquirido por un grupo de personajes exclusivos de Texas: Hondo Crouch y sus secuaces, Guich Koock y Kathy Morgan.
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El trío comenzó a utilizar los edificios casi abandonados como telón de fondo para cualquier cosa que oliera a alegría y diversión: “Hug-Ins”, la Feria Mundial de Luckenbach, el Ladies State Chili Bust, el Mud Dauber Festival y sesiones diarias de selección de canciones, jugar al dominó y beber cerveza bajo los robles de 500 años. Hoy, más de treinta años después, estos eventos todavía se celebran.
¿Qué se puede hacer en Luckenbach?
En Luckenbach se realizan bodas, recepciones, cumpleaños, aniversarios, reuniones de negocios, reuniones familiares, graduaciones y un sinnúmero de fiestas sorpresa. Además, se llevan a cabo reuniones privadas temáticas y excursiones al aire libre en las que se conoce la pintoresca historia de la pequeña ciudad.
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El almacén general que vio la luz en 1849 aún sigue intacto y es uno de los tesoros más preciados del lugar y lo que atrae a visitantes cada año.
